Chris Paul, Russell Westbrook, Andrew Wiggins. Son algunos de los nombres que en años recientes se han rifado el apelativo de ‘contrato más tóxico de la NBA’. Un dudoso honor que parece haber heredado Jordan Poole. En septiembre de 2022 el base entonces de los Warriors firmaba un acuerdo por cuatro años y 128 millones de dólares que entraba en vigor esta misma temporada.
Aquella rúbrica parecía prometerle a Poole ser el futuro de la franquicia más valiosa del mundo y la última gran dinastía de la NBA. Pero año y medio después, el exterior yace sin pena ni gloria en los Washington Wizards y, según cuenta Bobby Marks (especialista en asuntos de mercado NBA para ESPN), «varios ejecutivos de la liga creen que es el peor contrato de la liga».
De hecho, la llegada de Poole a ala capital estadounidense podría verse como posible trámite para relanzar su carrera y, quizás, salir traspasado en la recién finalizada ventana de traspasos. Sin embargo, su rendimiento ha provocado que ni un solo rumor apunte a su salida. Ni ahora ni de cara a verano. La buena noticia para el base y los Wizards es que, quedándole este y otros tres años de contrato, aún hay tiempo de relanzar su figura y hacerle un activo interesante en el tramo final de su acuerdo. Aunque ahora mismo parezca muy lejos de ello.
(Fotografía de portada de Patrick Smith/Getty Images)