El vestuario de los Cavs había perdido el respeto a Beilein: «Era un dictador, no un entrenador para la NBA»

Según ‘The Athletic’, los jugadores hasta se burlaban del técnico en su presencia reproduciendo canciones que contenían la palabra «matón»

El experimento de John Beilein, un técnico de 67 años y en banquillos universitarios desde hace cuatro décadas, en los Cavs ha resultado un fiasco rotundo. Un despropósito incontestable. Cleveland destituyó este martes a su ya antiguo preparador jefe dentro de una ascendente trama en la que parece que el técnico había perdido, de manera plena, la confianza y el respeto de su vestuario desde hacía mucho, mucho tiempo. Prácticamente desde el principio de su llegada, hace nueve meses. Beilein había firmado por cuatro años (más otro opcional) en Ohio pero no cumplió enteramente ni el primero de ellos. Lo que viene siendo un porrazo de proporciones sagradas.

Toda la experiencia de Beilein queda como un desastre, según valoraron fuentes de la Liga para el portal The Athletic. La relación del técnico, que renuncia a 12 millones de dólares que quedaban pendientes en su contrato, con sus jugadores había empezado con mal pie. Se deterioró mucho más rápido de lo que podría haber imaginado el peor de los escenarios. «No sé todavía cómo las cosas se pusieron así», relataba un jugador de los Cavs a The Athletic.

El último en llegar a los Cavaliers, Andre Drummond, se las prometía muy felices cambiando el enrarecido ambiente de Detroit por Cleveland; sin embargo enseguida se percató de que el cambio era a peor. De acuerdo a una fuente de The Athletic, Drummond habría reconocido que el ecosistema estaba más contaminado si cabe en su nuevo equipo de lo que ya lo estaba en los Pistons. El pívot continuaba que eso podía ser un factor a tener en cuenta a la hora de decidir si quedarse en su actual contrato (opción de jugador de 29 millones) este verano o ser agente libre.

Si lo notaba un recién alistado es que el asunto resultaba ya insalvable. Casi insostenible. Según The Athletic uno de los principales problemas fue el tono que Beilein empleaba dirigiéndose a sus jugadores, desde el principio. Con sesiones de vídeo en las que no conectaba ni empatizaba con sus pupilos, en un tono improcedente, casi déspota, y mostrando cierta incapacidad para adaptarse a las estructuras ofensivas y defensivas de la NBA. Además, The Athletic relataba nula adaptación en la relación con sus jugadores. «Era un dictador. No un entrenador para la NBA actual», una fuente relacionada con los Cavaliers pudo agregar.

Burlas en sus narices

Uno de los puntos más graves resultó que los jugadores de los Cavaliers perdieran el respeto y la confianza en su entrenador —si es que alguna vez los tuvieron—.

Parece que, a raíz del episodio en el que John Beilein habría llamado «matones» por error a sus jugadores, estos decidieron hacer burla a su entrenador en sus mismas narices. Según cuenta la versión The Athletic, algunos jugadores hasta habían acostumbrado a tararear y reproducir canciones que contenían la palabra «thug» (matón) en presencia de Beilein, sin que este se percatase del carácter satírico de las melodías.

Los jugadores habrían actuado de tal manera para dejar constancia de la falla que separaba al vestuario con su entrenador. No había complicidad, conexión, ni siquiera respeto. Por ello la directiva de los Cavaliers tuvo que actuar de urgencia tras la disputa del All-Star 2020, destituyendo al que hasta ahora era el técnico jefe del equipo.

El principio del fin pareció ser aquel incidente en el que Beilein dijo confundir la palabra «slugs» (babosas) por «thugs» (matones). Lo hizo dirigiéndose a sus jugadores y dándoles a entender que era lo que pensaba de su actitud en un partido. Muchos miembros del vesutario nunca aceptaron su rectificación, la supuesta equivocación. De hecho, consideraron aquel episodio una afrenta, un insulto a sus capacidades. «Desde entonces, no hubo vuelta atrás», pudo opinar uno de los jugadores de los Cavs.

Quemado en el puesto

Al parecer, la parte afectada y descontenta en toda esta situación no solo resultaron los jugadores. Beilein también habría acabado muy desencantado su etapa como entrenador de la NBA.

«Ha sido una decisión difícil pero quiero ser claro: esta decisión de dar un paso atrás ha sido mía, de veras aprecio la comprensión y apoyo de la directiva. Perder me parece algo muy duro y este año ha tenido un peaje mucho más grande de lo que yo esperaba», pudo alegar el ya ex técnico. «Me preocupé por las consecuencias que ese peaje podía tener en mi propia salud y en mi familia mientras yo estaba fuera. No sabía si podía estar a mi mejor nivel para el resto de la temporada y en el futuro», agregó.

Vamos, como hemos dicho al comienzo del post, un porrazo bíblico. Para todos: jugadores, técnico, directiva y franquicia.

Reubicado

Los Cavs añadieron que Beilein, una vez desposeído de su lugar en el banquillo, sería ubicado en otro puesto en el organigrama de la franquicia.

(Fotografía de portada: Matthew Stockman/Getty Images)


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