Resulta un secreto a voces que los Chicago Bulls llevan meses bailando la danza de la lluvia para que las nubes escuchen sus plegarias. La procesión en este caso aspira a conseguir un nuevo directivo al mando que ponga orden en una franquicia que ha permanecido a la deriva demasiados años.
Sam Presti, general manager de los Oklahoma City Thunder, es uno de los más que favoritos para encabezar la revolución de los Bulls. Sin embargo, no existe indicación alguna de que Presti quiera abandonar OKC o de que los Thunder vayan a dejarle marchar, pues tiene todavía contrato en vigor.
En tal situación, y con la incertidumbre añadida de no conocer los plazos futuros de la competición, se encuentran los Chicago Bulls. Desean coronar un nuevo líder pero no saben de dónde van a sacarlo. Uno que les saque de una vez de las catacumbas de la Conferencia Este.
Lo que sí parece claro es que la actual propiedad desea romper lazos, de manera definitiva, con el despacho oval de los últimos años. Así, Gar Forman, actual GM (en el cargo desde 2009) parece que tiene un pie fuera de la directiva. Fuentes del diario Chicago Sun Times apuntaron que Forman no tendrá poder decisorio en la próxima conformación de la directiva.
De esa forma, el directivo perdería su posición de privilegio tras más de una década como hombre fuerte. Se desconoce todavía si ese será también el destino de John Paxson, vicepresidente de operaciones, también al mando de la embarcación en los últimos años.
En las últimas cuatro temporadas completas, los Bulls solo se colaron en playoffs en una de ellas y además cayeron en primera ronda. Es por ello, y por la lenta cocción de la joven plantilla actual, que la propiedad de la organización no quiere esperar más para desatar cambios. Los desea ya y que estos invoquen mejores resultados.
(Fotografía de portada: Jonathan Daniel/Getty Images)