¿Gordon Hayward y sus minutos como mecha incendiaria en Boston?

Ya se sabe, a perro flaco, todo son pulgas. Eso parece estar ocurriendo en los Boston Celtics estos días. La entidad verde podría ver como dos de sus mejores jugadores, Kyrie Irving y Al Horford, abandonan el barco cuando llegue la agencia libre, suponiendo eso un bofetón de grandes dimensiones para la entidad. Y no es el primero en los últimos tiempos, pues el final del recién clausurado ejercicio llegó de manera más abrupta de lo esperado.

No existen mayores dudas en este momento de que la temporada 2018-19 de los Celtics saltó por los aires por ciertos problemas de convivencia en el vestuario; con Kyrie Irving como bandera de algunos de ellos y con algunas discordias retroalimentándose por sí solas en el camino. Aunque se sitúa a Irving como gran centro de los problemas de puertas para dentro en el equipo, la periodista Jackie MacMullan (en el pocast Arbella Early Edition) ha señalado de manera reciente otro punto de origen de la tensión en Massachusetts.

Parece ser que los minutos que Gordon Hayward, recién recuperado de una lesión grave que le mantuvo fuera todo el ejercicio 2017-18, también fueron fuente de discusión en el vestuario de los Celtics. Según esta versión, algunos jugadores de Boston no entendían, ni consideraban justo, que el técnico, Brad Stevens, concediese un gran número de minutos a Hayward, que salía de una lesión y no daba el nivel que se esperaba de él cuando fichó por los Celtics. Que no estuviera en su mejor versión era normal, pues había estado un año sin jugar, no obstante eso y la insistencia de Stevens prendieron la mecha.

«Es odioso tener que señalar a Gordon Hayward porque estaba volviendo de una lesión y estaba haciendo todo lo mejor que podía, pero de veras creo que es donde empezó. Brad (Stevens) le conocía bien, quería tener su confianza de vuelta», podía publicar la periodista Jackie MacMullan.

Hayward y Brad Stevens fueron ya maestro y pupilo en la universidad (Butler), por lo que eso levantó las sospechas y celos de otros jugadores dado que el equipo apostó por Gordon desde el principio de la temporada.

«Apostaría que Brad Stevens habría hecho eso por cualquiera de los jugadores de la plantilla con una lesión catastrófica. Él hubiera querido devolverle la confianza fuera quien fuera, pero eso no fue como pasó. Él concedió el beneficio de la duda una y otra vez a un jugador que no estaba listo, a un jugador que tenía una historia en común con él. Y eso afectó al vestuario, molestó en el vestuario», continuaba MacMullan.

No era ningún secreto que la banda ancha que Stevens concedió a Gordon Hayward al comienzo de la temporada no gustó mucho en algunos jugadores de los Celtics. Y ahora ya tenemos confirmación de que efectivamente sí pudo ocurrir de esa manera. Quizá esa fuera una de las semillas que hizo brotar el prematuro final de Boston la pasada temporada. Y ahora, pueden encontrarse con un desenlace de pérdida de dos jugadores clave de golpe, en el verano de 2019.

Temporada para olvidar en la franquicia que preside Danny Ainge; más casi por lo que viene que por lo que vino.

(Fotografía de portada: Maddie Meyer/Getty Images)


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