Tras cada despido hay una historia en la que escarbar. Ya es tradición, como Navidad o Acción de Gracias, la aparición de trapos sucios y escenas de interior que acompañan a noticias chocantes. De las cuales este año ha habido unas cuantas y de cuyo escarnio el despido de Mike Malone (y Calvin Booth) no se libra. Esta vez ha sido The Athletic y las manos de Sam Amick y Tony Jones los que se han llevado primero el gato al agua.
Antes, ayer Nikola Jokic reveló que era el único jugador al que Josh Kroenke había llamado antes de hacerlo oficial. «No fue un debate. Fue una decisión. Me dijo lo que iba a hacer, me explicó por qué y lo tuve que aceptar», contaba en vestuarios el serbio ayer.
Nikola Jokic on Michael Malone and Calvin Booth’s firings:
— DNVR Nuggets (@DNVR_Nuggets) April 10, 2025
“I knew a little but before everybody. (Josh Kroenke) told me we made a decision. It was not a discussion, it was a decision.”
“He told me why. And I listened and I accept it.” pic.twitter.com/ZtgPOWyYo8
Esta misma tarde Chris Haynes también ha revelado que, tras el despido, Kroenke se personó en la sesión de tiro del equipo ayer miércoles. Allí les dijo que veía que no estaban disfrutando y que por favor luchasen con pasión y entusiasmo en lo que quedaba de temporada. Haynes también apunta a que Kroenke será el GM en funciones del equipo hasta que comiencen una búsqueda exhaustiva este verano.
Pies en polvorosa
Y ahora sí, vamos al artículo de TA. Según recogen a través de varias fuentes, el vestuario se empezó a agitar a mediados de marzo tras la derrota por 126 a 123 sufrida ante los Washington Wizards. Los problemas defensivos y el pobre rendimiento del equipo en algunos tramos de la temporada sembraron el runrún. Hasta el punto de que los directivos de otras franquicias escucharon rumores sobre la pérdida de paciencia de Jokic.
Al serbio se le ha visto muy crispado durante la temporada en algunas escenas de banquillo. La más reciente, la del pasado viernes ante Golden State en lo que suponía la tercera de cuatro derrotas consecutivas del equipo.
Peak Jokic frustration this year. He clearly wants to win another title and playoff good team basketball. But they have so many shortcomings. pic.twitter.com/LgfzeCMQow
— Swipa (@SwipaCam) April 5, 2025
Otro de los puntos focales de la pérdida del vestuario o parte del mismo se encontró en el tratamiento de la figura de Russell Westbrook. De quien recelaba parte del núcleo joven de la plantilla por suponer un tapón en sus minutos. Al parecer, Malone le otorgaba un trato preferencial al base, lo que ciertos jugadores no entendían dado su rendimiento. Especialmente en las últimas semanas.
Esto no le era ajeno al técnico que, tras el partido del domingo ante Indiana, hizo una defensa a ultranza de Russ. «Sabe de qué van los partidos grandes y estamos jugando con muchos chicos que no tienen ni idea de lo que son. Contar con un veterano que ha estado en esos momentos puede empujar a esos chicos».
La guerra generacional entre Mike Malone y Calvin Booth
Westbrook sirve como símbolo de las continuas fricciones internas que han afectado a la franquicia desde la consecución del anillo. Que la relación entre Mike Malone y Calvin Booth era fría no era ningún secreto. Sin embargo, en las horas posteriores a los despidos se filtró que ni siquiera se hablaban y que su comunicación se daba únicamente con dardos en ruedas de prensa y reuniones en las que uno de los dos no estaba.
Desde 2023, Booth ha ido desnutriendo la plantilla de figuras veteranas apostando por una construcción de plantilla que confiase más en el Draft. Todo apunta a que por órdenes de sus superiores, aunque eso nunca se ha llegado a saber. Malone, preocupado por el corto plazo, nunca ha dado su brazo a torcer a la hora de dar oportunidades a los jóvenes por encima de los veteranos.
De hecho, en el artículo se cuenta cómo el gerente, recién tomado su puesto, pensó en deshacerse de Malone antes de comenzar la temporada que les haría campeones. Una decisión que hubiese retomado este verano antes del sorpresivo movimiento de Kroenke.
Todo esto hubiese explicado la decisión, aunque no el momento de tomarla. Hacerlo a solo tres partidos del cierre de temporada regular estuvo influenciado, como todo hacía indicar, en el despido de Taylor Jenkins en Memphis. Kroenke, que veía muy difícil competir a corto plazo y que estaba viendo como su equipo acumulaba cuatro derrotas seguidas con un ambiente insoportable, creyó que un cambio así de drástico podría generar una reacción a la desesperada en el vestuario. De momento, con David Adelman a los mandos, la cosa va 1-0.
(Fotografía de portada de John Hefti-Imagn Images)