Los Miami Heat disputarán las Finales de la NBA. Más allá de suponer la consolidación de un proyecto basado en el desarrollo interno de sus jugadores, esta clasificación supone un punto de inflexión para su estrella, Jimmy Butler. Considerado un mal compañero por su carácter competitivo y su naturaleza indomable, ha demostrado su capacidad para estar al frente de un equipo tras liderar a los Heat hacia sus sextas Finales.
Durante su etapa en los Timberwolves, Butler fue objeto de críticas debido a su relación con Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins, las jóvenes estrellas del equipo hasta su llegada. Pese a forzar su salida y ser traspasado a los Philadelphia 76ers, el escolta aterrizaba en otro equipo liderado por dos jóvenes estrellas, cuyo talento se estimaba aún superior: Joel Embiid y Ben Simmons.
Sin embargo, Butler no veía a Simmons tan capacitado como a Embiid en términos de mentalidad, según informa Zach Harper de The Athletic. El escolta mantuvo una gran relación con el pívot dado que ambos comparten personalidades similares. «Fuera del baloncesto, amo a ese hombre hasta la muerte. Él lo sabe. Se lo digo cada vez que tengo oportunidad y le agradezco hacerme un mejor jugador, mejor líder, mejor entendiendo tantas cosas diferentes», dijo Butler sobre Embiid durante estos playoffs.
Al margen de su entendimiento con el interior, Butler no se sentía cómodo con la situación de los Sixers. No consiguió desarrollar un gran vínculo con Simmons, aunque no fue debido a una diferencia en sus filosofías de juego, como sí le ocurrió con Towns. Del mismo modo, fuentes cercanas a The Athletic sugirieron que a Butler no le gustaba la jerarquía de la franquicia de Pensilvania, lo que facilitó su llegada a los Heat.
(Fotografía de portada: Michael Leff/Getty Images)