Credibilidad relativa la que se puede dar a palabras vertidas en época de Guerra Fría. Jordan Clarkson se convierte en agente libre restringido en favor de Los Angeles Lakers, lo que significa que la franquicia californiana podrá igualar, si así lo desea, cualquier oferta externa que llegue para birlarles a su jugador.
Todo apunta —viendo la evolución del jugador, la confianza que se tiene depositada en él como parte del proceso de reconstrucción basado en la juventud, y la buena sintonía que ha habido entre combo guard y angelinos desde que éste aterrizara venido de la parte baja del draft— que así será. Que a no ser que estampen desde fuera un cheque con una suma exageradamente desorbitada, en L.A. harán el esfuerzo económico para retenerle.
Y como ahora éste es su equipo, pues Clarkson dice a los medios (lo piense en sus adentros o no), lo que tiene que decir. «Quiero estar en Los Angeles, realmente no lo miro como si fuera agente libre, quiero estar aquí», ha asegurado a Lakers Nation.
Walton, clave
Se presume un cambio radical en el estilo de juego del equipo. Con Luke Walton debería llegar un ritmo más frenético, menos pausado y con mucho más brío. Algo estupendo para el perfil atlético y agresivo de Clarkson.
«Él [Walton], me llamó unos días después de que lo contrataran. Hablamos del sistema ofensivo, qué es lo que él ve en los muchachos jóvenes, cómo ve a la organización, el estilo en el que va a jugar. Estoy excitado con que venga y trabaje con nosotros», han sido las palabras del ‘6’ sobre su nuevo entrenador.
Primer gran contrato
Muy bonito. Pero las cosas son como son. La escala salarial no es excesivamente generosa con un novato seleccionado en el puesto 46º del draft. Los ingresos del base/escolta en su primer año fueron de 507.336 dólares; y en su año sophomore no han alcanzado los 850.000.
Clarkson podría aferrarse a su oferta cualificada para la temporada que viene, por valor de 1,18 millones. Algo que, por supuesto, no hará. Tras dos años superando toda clase de expectativas (15,5 puntos, 4 rebotes y 2,4 asistencias este curso), su peso en el mercado es mucho mayor.
Y diga lo que diga, y prometa la fidelidad que prometa, en el mes de julio veremos la realidad. Esa en la que la chequera (y más en su caso), siempre termina pesando más que el corazón.