La carrera de Dwight Howard se divide en dos etapas. La primera, en Orlando, supuso su cúspide; eran momentos en la que todos los equipos lo querían casi a cualquier precio. La segunda, desde que llegó a Lakers, viene marcada por fracasos, problemas físicos y malos entendidos con compañeros y aficionados. Para su desgracia, continúa viviendo en esta última.
Así lo han dejado entrever los periodistas Zach Lowe y Kevin Arnovitz durante el último Lowe Post podcast, quienes en la conversación que mantienen destapan como la salida de Dwight Howard de Atlanta rumbo a Charlotte supuso, para algunos de sus ya excompañeros en los Hawks, una grata noticia.
«No sé de qué se trata. Nadie ha llegado nunca al fondo del porqué. […] Pero he oído varias historias sobre jugadores de los Hawks enterándose del traspaso y gritando de júbilo en sus teléfonos», expresa Lowe antes de detallar a una de las situaciones que no gustaban en el vestuario de la franquicia de Georgia.
«Dwight daba charlas antes de los partidos sobre cómo todos debían jugar duro, estar unidos y demás. Luego llegaba el partido y jugaba sin ese ímpetu que se exigía en el poste y en los movimientos. Entonces, todos dicen: ‘¿Por qué hablas en el vestuario?’. Pero eso no deja de ser una anécdota. Es una locura cómo todas estas historias salen a la luz cada vez que cambia de equipo».
Otra oportunidad
Hablar de un nuevo comienzo con Superman parece complicado. Cuando pocos apostaban ya por verlo a su mejor nivel, el equipo de su ciudad, los Hawks, le dieron 3 años y 70,5 millones de dólares. Pese a ese voto de confianza, la realidad es que tras una sola campaña ha vuelto a cambiar de aires. Ahora, en Charlotte, quiere recuperar esa esencia que le colocó entre los mejores de la liga.