Hace tres días que arrancó de forma oficiosa el mercado de traspasos, pues el 15 de diciembre es la fecha en la que la mayoría de jugadores que firmaron nuevo contrato o fueron traspasados el pasado verano, volvían a ser transferibles. Es por esta época que comienzan a aflorar los rumores de movimientos. Y Klay Thompson quiere estar en el centro de la conversación de aquí a febrero.
El escolta, que ha mejorado sus prestaciones en el último mes de competición lanzando por encima del 40%, llegó a Dallas con una única cosa en mente. Calzarse su quinto anillo de campeón. Las cosas han cambiado por Texas y, pese a la mejora del equipo, dicho objetivo parece lejos. «Mi meta es ganar y eso. no ha cambiado», admitía hace poco sobre su papel como sexto hombre.
Coincide aquí la ambición personal y las intenciones de la franquicia, que seguramente explore su mercado en las próximas semanas. En el equipo adecuado, Thompson aún puede sumar minutos de mucha calidad como tirador. Sobre todo y cada vez más a pies parados. El gran obstáculo está en los más de 30 millones que le quedan por cobrar y, especialmente, en los 17 de la próxima temporada.
De momento, no hay compradores que se atisben en el horizonte.
(Fotografía de portada de Jesse Johnson-Imagn Images)





