Qué poco ha tardado la temporada a volver a poner el foco de los problemas en Jonathan Kuminga. Después de un verano de incertidumbre y una firma prácticamente a última hora, el alero había empezado la campaña en nota muy positiva. Aparentemente mucho más centrado y en consonancia con lo que el esto de compañeros hacía en pista. Protagonista del buen arranque de Golden State por mostrar su versión más madura.
Menos de un mes después, arrastrando una lesión de rodilla y con los Warriors con un 9-8 de récord, Kuminga vuelve a sentirse el cabeza de turco de la franquicia. Ese objetivo al que primero arrojar culpas cuando las cosas no funcionan perfectamente. O al menos eso cuenta Anthony Slater, el periodista más reconocido en el círculo de la franquicia.
En la derrota ante Oklahoma City Thunder a principios de la semana pasada, Draymond Green y Jimmy Butler señalaron al esfuerzo de algún compañero de forma crítica. Todos los dedos apuntaron a Kuminga, que iba a ir perdiendo peso en la rotación hasta perder su puesto como titular en favor de Will Richards.
Al final, como era de esperar, la renovación no ha aliviado las fricciones y el joven alero siente que su extensión llegó solo para que los Warriors le mantuviesen como pieza de cambio.
(Fotografía de portada de D. Ross Cameron-Imagn Images)
