Trae Young está en el último año garantizado de su contrato y tiene una opción de jugador de 49 millones de dólares para la temporada que viene. Una alternativa en la que un jugador de su talento no debería de pensar demasiado, pero que quizás toque ir planteándose. El base podría haber acordado ya una extensión con los Atlanta Hawks y todavía puede hacerlo antes de finalizar la temporada. Pero esas conversaciones están congeladas.
Esto provoca que el runrún con su futuro haya empezado a sonar. Sobre todo ahora que está lesionado y no volverá al menos hasta mediados de noviembre. De hecho, algunas fuentes internas de la liga piensan que este tramo es clave para averiguar si el equipo puede funcionar sin él, dándole una ventaja a los Hawks en las negociaciones.
Lo que parece bastante improbable es que salga de Atlanta, pues ahora mismo su mercado es incierto. No es la primera vez que Young aparece en rumores de salida. El verano de 2024 ya se le asoció a equipos como Spurs y Lakers. Ahora bien, a pesar del crecimiento de Jalen Johnson y Dyson Daniels, sigue siendo el jugador franquicia. A quien cuesta ver firmar una extensión a la baja.
El actual convenio ha cambiado las reglas del juego, haciendo que las extensiones de máximos no se den por decreto y dándole razones a las franquicias para regatear incluso con sus estrellas si no son parte de la nobleza más absoluta de la liga. Y Young ha dejado de serlo aunque conserve su estatus de All-Star.
(Fotografía de portada de Kamil Krzaczynski-Imagn Images)
