Ayer se viralizó en Twitter un vídeo de Ricky Rubio completando un entrenamiento de tiro antes del partido de los Cleveland Cavaliers en Toronto. Dentro de poco se cumplirá un año desde que el base español sufriese la rotura de ligamentos que le ha tenido en el dique seco desde el pasado diciembre. Ambas cosas despiertan especulaciones sobre un regreso que se atisba a la vuelta de la esquina. Pero la franquicia ha salido al paso para calmar las expectativas. En palabras de de J.B.. Bickerstaff, su técnico: «Todo progresa bien. Solo es cuestión de tiempo y una correcta recuperación que vuelva a jugar». Sin embargo, enfatiza que sigue sin existir plazo para su regreso.
El entorno de los Cavaliers ha dejado claro que no tienen ninguna intención de meter prisas a Rubio. La organización tiene fe ciega en el español, a quien se vieron obligados a traspasar el pasado febrero antes de ‘repescarle’ sin pestañear cuando se convirtió en agente libre este verano. Probablemente Ricky estaba jugando uno de los mejores baloncestos de su carrera y la inoportuna lesión le haya costado unos cuantos millones de dólares, pero los Cavs han apostado fuerte para que siga siendo uno de sus líderes dentro y fuera de la cancha. Tres años a razón de un total de 16 millones que significan un tremendo voto de confianza en el base.
Mientras Rubio ultima su recuperación, su figura en el vestuario ya supone un valor intrínseco para Cleveland. Especialmente parta un núcleo joven ávido de las enseñanzas de alguien que las ha visto de todos los colores como es él. «Siempre me dice que controle mis picos. Ni muy arriba ni muy abajo», asegura Darius Garland plasmando uno de los mantras de Ricky, «Ve muchas cosas que a mí se me escapa. Viene a los partidos y me aconseja sobre cosas que puedo mejorar. Es muy útil», zanja el joven All-Star.
Los Cavs han dado un salto cualitativo con la llegada de Donovan Mitchell y el crecimiento que siguen registrando sus jóvenes. Pero su segunda unidad aún no luce como cabría esperar. Para cuya mejora un buen Ricky resultaría crucial. El curso pasado sus promedios fueron de 13,1 puntos, 6,6 asistencias 4,1 rebotes y 1,4 robos en 28 minutos por noche. La mayoría de ellos saliendo desde un banquillo que anhela su regreso.
(Fotografía de portada de Kevin C. Cox/Getty Images)