Una nube negra se ha posado sobre la temporada de los Memphis Grizzlies. La franquicia de Tennessee tuvo que afrontar el inicio de campaña sabiendo que Ja Morant se perdería 25 encuentros y Steven Adams y Brandon Clarke seguramente se perderían el año al completo por sendas lesiones. Un 6-19 de arranque que encontró cierto alivio con el regreso del base, cuya presencia dejó un 6-3 en el casillero de los de Taylor Jenkins. Ahora, tras conocerse la lesión de hombro que le obligará a operarse y perderse lo que resta de curso, a los Grizzlies no les queda otra que seguir con un ojo y medio puesto en al 24-25. Pro si fuese poco, Marcus Smart también se perderá seis semanas de competición por una lesión en el dedo.
Pensando en los movimientos que puedan realizar de aquí al cierre de traspasos, los Grizzlies han solicitado a la liga una excepción salarial por valor de 12,4 millones de dólares. Un 30% del salario total que percibiría Morant en esta temporada: 34 millones. Este era el primer año de su extensión rookie, de la cual los Grizzlies apenas han podido disfrutar. Ahora mismo los Grizzlies están situados en el primer apron del impuesto de lujo, por lo que su objetivo seguramente sea rebajar masa salarial en el próximo mes. Esta excepción les dotaría de una mayor flexibilidad a la hora de mover piezas.
¿Operación salida?
En los últimos días, incluso se ha llegado a barajar la idea de la salida de Marcus Smart. Gran apuesta de la franquicia el pasado verano. Al ex de los Celtics le restan tres años de contrato a razón de 19 millones anuales de media. A él se podrían unir jugadores como Derrick Rose o Xavier Tilman. Memphis no acostumbra a este tipo de movimientos, pero no es menos cierto que hasta ahora su posición ha sido la de un equipo que llegaba a estas instancias con opciones de competir y ambiciones de mejora.
(Fotografía de portada de Sam Hodde/Getty Images)