En contra de la narrativa habitual en este tramo de la temporada, los Utah Jazz están emergiendo como uno de los focos alternativos de rumores a poco más de una semana del cierre de mercado. Aunque esto se deba al delicado momento que está atravesando la franquicia.
De hecho, las últimas informaciones no son nada esperanzadoras, ya sea por la grave lesión sufrida por Joe Ingles o por los primeros reportes que sugieren el malestar de una de sus principales estrellas, Donovan Mitchell.
De una forma u otra, todos los caminos señalan hacia la necesidad de acometer importantes movimientos que insuflen vida al proyecto, se produzcan estos antes del 10 de febrero o durante la agencia libre. De ser elegida la primera opción, ya hay varios nombres que han sido puestos sobre la mesa como posibles refuerzos: Jerami Grant, Harrison Barnes, Robert Covington, Terrence Ross o Marcus Smart, entre ellos.
El pasado de Danny Ainge, última incorporación en las oficinas de los Jazz, como responsable de las operaciones de los Celtics podría impulsar a la franquicia a cerrar algún trato con ellos. No solo por los rumores acerca de Smart, sino porque los Jazz también habrían puesto sus ojos sobre Josh Richardson, según ha informado el periodista Kevin O’Connor.
Si el objetivo es cubrir la ausencia de Ingles, lo cierto es que ambos comprenden perfiles muy diferentes. Si bien está mostrando un buen acierto en triples (39,1%), Richardson comprende un perfil más físico y atlético —muy necesario en Salt Lake City— que serviría para reforzar la defensa exterior, aunque su producción en la creación y su conocimiento del sistema de Snyder no está a la altura del australiano. Otra cuestión importante gira alrededor de las pretensiones de los Celtics y cuánto estarían dispuestos a poner sobre la mesa desde Utah, con una capacidad de maniobra limitado.
En el presente curso, Richardson ha cumplido un rol fijo desde la segunda unidad de Ime Udoka. En 40 partidos promedia 9,8 puntos, 2,7 rebotes y 1,5 asistencias en 24,6 minutos. El salario del escolta asciende hasta los 11,6 millones de dólares este curso, mientras que en el próximo, el último de su contrato, ascenderá hasta los 12,2 millones.
(Fotografía de portada de Maddie Malhotra/Getty Images)