Las especulaciones que han rodeado a la actualidad de los Utah Jazz y la inminente descomposición, a distintos niveles, de su proyecto apuntan a disiparse como la niebla. Quin Snyder fue el primero en arrojar algo de luz —aunque apelando a cierta ambigüedad— tras sugerir su continuidad al frente del banquillo durante una rueda de prensa celebrada este lunes.
Ahora, ha sido el periodista Jake Fischer, del medio Bleacher Report, quien ha compartido una serie de informaciones bastante interesantes acerca del futuro a corto plazo de la franquicia. La primera de ellas mantiene la línea de lo previamente expuesto: señala que es muy posible que Snyder no abandone los Jazz antes de 2023. Cabe recordar que al técnico le restan dos años de contrato, estando sujeto el de la campaña 2023-24 a una opción de entrenador. Y no olvidemos que los Spurs lo han tanteado como reemplazo de Gregg Popovich, quien podría prolongar un año más sus labores de coach en Texas.
Por otro lado, Fischer informa que los rumores sobre la potencial ruptura de la pareja compuesta por Donovan Mitchell y Rudy Gobert parecen haber sido impulsadas por personas ajenas a la organización, con la agencia de representación CAA como posible foco del conflicto. Sí, la misma agencia que tiene como cliente a Donovan Mitchell, cuyo futuro ha estado vinculado en los últimos meses a grandes mercados como el de New York o Miami.
No obstante, los Jazz tienen muy claro que quieren mantener a Mitchell como el eje central del proyecto. Así, la gerencia se ha puesto como gran objetivo rodearlo de mejores piezas y reforzar la defensa del equipo, la cual dio varios pasos atrás este curso. Si nos ceñimos a esto, desprenderse de Gobert obligaría a modificar por completo el sistema defensivo, por lo que es muy posible que busquen seguir adelante con su dúo All-Star. De este modo, Fischer apunta que nombres como los de Bojan Bogdanovic, Royce O’Neale o Mike Conley estarían sobre la mesa para ser incluidos en hipotéticas operaciones de cara a paliar las carencias de la plantilla.
Llegado a este punto hay dos conceptos muy importantes a valorar. Por una parte, el propietario Ryan Smith estaría dispuesto a pagar el impuesto de lujo que sea necesario para que los Jazz emerjan como candidatos al anillo en 2023. Un año muy especial para la franquicia, pues en él, la ciudad de Salt Lake City albergará el All-Star Weekend, por lo que asegurar un entorno ganador hará aún más atractivo el evento.
Por su parte, Ainge habría trasladado su intención de no hacer importantes cambios dentro de las oficinas, salvo que Dennis Lindsey, antiguo jefe de operaciones y actual asesor de los Jazz, obtenga un puesto en otra franquicia y quiera llevarse con él a algunos ejecutivos de Salt Lake City.
De este modo, todo parece indicar que en Utah harán todo lo posible por prolongar un año más la esperanza de vida de su proyecto dentro de lo que será una temporada muy especial para ellos. ¿Hablamos de un ‘Last Dance’ en Utah?
(Fotografía de portada de Tom Pennington/Getty Images)