Las horas previas a los partidos sufrirán importantes cambios en la reanudación de la temporada en Orlando. Según informa Nick DePaula, periodista de ESPN, la NBA ha decidido que todos los jugadores deberán llegar uniformados al pabellón en el que disputen sus partidos, acabando así con el habitual «desfile» que algunos usaban para exhibir conjuntos de ropa de lo más llamativos para bien o para mal.
La razón de esto es simple y responde a motivos sanitarios. Dado que los vestuarios no estarán equipados con duchas, se ha determinado que lo más seguro es evitar que los jugadores tengan que cambiarse de ropa antes y después de los encuentros, de forma que deberán llegar equipados y preparados para calentar. Una vez terminado el choque, saldrán del recinto unos 40 minutos después del final del mismo.
¿Un ritual menos?
Si bien este no parece un cambio drástico, sí había jugadores para los que este paseo previo ante las cámaras era un momento casi sagrado. Russell Westbrook es quizás el primer nombre que se viene a la cabeza en este sentido, pero su compañero P.J. Tucker era también un clásico gracias a sus zapatillas exclusivas y a sus outfits plagados de colores y accesorios. Es más, el ala-pívot ha lamentado esta medida, afirmando que este proceso constituía una especie de ritual que le ayuda a concentrarse.
«Es una locura» comentó entre risas. «Se pierde la originalidad en la elección de las prendas. Ni siquiera hablo del paseo por el túnel de vestuarios, sino del proceso de vestirte para ir al trabajo. Para mí, se trata de un proceso de mentalización: vestirme y prepararme para el partido. Me hace sentirme listo para jugar».
Ahora, la mascarilla será la única prenda en la que los jugadores tendrán libertad para elegir. Veremos si esto inspira diseños originales que hacen que siga valiendo la pena ver a las distintas estrellas llegar al pabellón.
(Fotografía de portada: Bob Levery/Getty Images)