Amaneció ESPN con un artículo de Dave McMenamin relatando el verano que Rob Pelinka, Jeanie Buss y otros miembros de los Lakers han pasado junto a Luka Doncic. Después de firmar al jugador por 3 años y 162 millones de dólares, la franquicia angelina redobló su esfuerzo acompañando al esloveno en su aventura con la selección por Polonia, Eslovenia, Alemania y Lituania. Y allí se han terminado de dar cuenta de lo que tienen entre manos y el compromiso que maneja Doncic.
Esto ha reactivado una convicción que, a juzgar por la información cruzada a inicios de la agencia libre, no parecía tan clara. Y es que más allá de hacer las cosas con cierta calma para no hipotecar el futuro, los Lakers de ninguna forma van a priorizar ese futuro a costa de dejar de competir en el presente. El objetivo de la franquicia al comenzar cada año es ganar el anillo. Lo cual vuelve a ser cierto este curso, probablemente el último de LeBron James en el equipo.
El plan es un traspaso que ayude a mejorar la plantilla en el corto plazo a través de los contratos de Maxi Kleber ($11M), Gabe Vincent (M11,5$) y Rui Hachimura (M18,3$). Los tres siendo expirings. Los Lakers cuentan con las primeras rondas de 2031 y 2032 para hacer más atractivo el paquete. Y, según ha podido saber ESPN, no les importa que el jugador que llegue tenga contrato más allá de 2026 si es un gran refuerzo que alinear con la línea temporal que maneja Doncic.
Entre los últimos rumores destaca Andrew Wiggins. Jugador que, en condiciones óptimas, sería una pieza perfecta en los Lakers. Aunque esa versión lleve sin existir de manera consistente desde 2022, año en que fue All-Star y campeón de la NBA con los Golden State Warriors como probablemente su segundo jugador en importancia.
(Fotografía de portada de Geoff Burke-Imagn Images)