De forma inocente o no, una de las razones que el entorno mediático de los Lakers esgrimió como argumento para los escasos movimientos realizados la pasada offseason fue la posibilidad de que, durante la temporada, alguna estrella se pusiera a tiro. No es el caso, pero sí existen razones para generar cierto runrún. Los Chicago Bulls campan como undécimos clasificados del Este con un récord de 11-16. Y, sobre todo, los rumores de que podrían abortar su actual proyecto este mismo año. El contrato firmado a Zach LaVine el pasado verano debería designarle como intocable, pero los Lakers han olido sangre y ya acechan al escolta de 27 años.
Esto no implica que sea un objetivo prioritario. De hecho, Jake Fischer apunta en su último artículo para Yahoo Sports que la lista de objetivos de la franquicia angelina es más bien larga. No obstante, quizás sea LaVine la estrella que menos cómoda esté en su actual equipo, habiendo tenido roces con Billy Donovan por las decisiones del técnico que han afectado personalmente al jugador. Antes que él, los Bulls seguramente prefieran ver salir a otros jugadores como Nikola Vucevic, Cobby White o incluso estarían más dispuestos a dejar marchar a DeMar DeRozan. Todo dependerá del tamaño de los cambios que pretendan hacer, y si la idea de Karnisovas es quemarlo rtodo desde los cimientos, LaVine es su pieza de mayor valor deportivo a pesar de tener un faraónico contrato garantizado hasta 2027.
(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)