Ya son unos cuantos representantes de la clase del draft 2018 los que recientemente han hecho oficial la firma de su primer contrato máximo en la NBA. Luka Doncic, Trae Young, Shai Gilgeous-Alexander y Michael Porter Jr. ya han asegurado su futuro a partir de 2022 con cifras que parten desde los 172 a los 207 millones de dólares por cinco años. A este grupo falta por inscribirse el número uno de aquel draft, un DeAndre Ayton cuya gran temporada apuntaba a la posibilidad de firmar este tipo de contrato. Sin embargo, parece que las negociaciones comienzan con unos Phoenix Suns no del todo dispuestos a poner toda la carne en el asador.
Andrew Wojnarowski informa en exclusiva para ESPN de la congelación del trato debido a que el propietario de la franquicia no cree que Ayton sea merecedor de este contrato. El jugador, por su parte, no aceptará ninguna oferta por debajo de esas condiciones. Lo grave del asunto es que la fecha límite para las extensiones de contratos rookie es el 18 de octubre, lo cual afecta también a la situación de Mikal Bridges en el mismo conjunto.
En el mismo artículo, Woj apunta que Robert Sarver, dueño de la organización, no paga impuesto de lujo desde la temporada 2009-10, con el equipo pasando una década fuera de puestos de playoffs. Obviamente, las renovaciones de Ayton y Bridges junto con los salarios de Paul y Booker, le pondrían en esta tesitura, sembrando cierta duda sobre su intención de construir un equipo que se establezca en la parte noble del Oeste si finalmente no acomete los movimientos. Tras largos años de desidia, el tridente formado por James Jones, Monty Williams y Chris Paul llevó a la franquicia a sus primeras finales desde 1993 y sembró una semilla a la esperanza que podría pender de un hilo las dos próximas semanas.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)