Cam Reddish no ha empezado con buen pie sus andanzas en la Gran Manzana. En principio su traspaso parecía un acierto de los Knicks, que pagaban un peaje irrisorio para hacerse con un joven talento deseoso de expandir su juego con un cambio de aires. Sin embargo, no tardaron en aparecer informaciones que desvelaban que Tom Thibodeau no veía con buenos ojos su llegada, la cual habría sido orquestada por Leon Rose sin consultar a su técnico. Hoy Fred Katz afirma en The Athletic que los Knicks intentaron volver a traspasarle durante el pasado cierre de traspasos.
Según informa el periodista, Nueva York formaba parte de una operación a tres bandas junto a Lakers y Raptors. Por la cual Reddish y Burks recalarían en Los Angeles y Talen Horton-Tucker en Toronto. La única pretensión de los Knicks a corto plazo era aligerar su masa salarial, por lo que parece que no recibirían ningún jugador en el movimiento. Las tres partes otearon unas cuantas variantes de un traspaso frustrado por parte de los Knicks y los Raptors. Al parecer, Nueva York pretendía recibir una elección de primera ronda, pero Toronto no estaba dispuesto a soltarla por los jugadores involucrados en el traspaso.
Preguntado por ello, Reddish respondió con franqueza. «Creo que soy jugador de los Knicks. No es duro de asumir, es parte del negocio. Lo he aprendido hace unas pocas semanas». No haber logrado llevar la operación a buen puerto daña sobre todo a los Lakers, para los que podría haber significado un nuevo clavo ardiendo al que agarrarse. Sin embargo, los Knicks no logran ninguno de los objetivos con los que abordaban las últimas echas del mercado de traspasos. Ni mejoran la plantilla de cara a voltear una decepcionante temporada, ni se deshacen de salarios que les harán pagar más de la cuenta por un curso mediocre. Cam Reddish seguirá al menos hasta verano en la franquicia neoyorquina, donde promedia apenas 12 minutos y 5,4 puntos por noche.
(Fotografía de portada de Stacy Revere/Getty Images)