Problemas de comunicación entre Damian Lillard y los Blazers

Portland se ha movido este mercado para reforzar el equipo. Ha llegado Jerami Grant vía traspaso, se ha firmado a Gary Payton II y se ha renovado a Jusuf Nurkic y Anfernee Simons. Sí, serán mejores que el curso pasado y quizás sea el comienzo de una plantilla del gusto de Damian Lillard; sin embargo, el base quiere más. Según informa New York Post, la estrella de los Trail Blazers desea tener una reunión con la propiedad de la organización antes de comprometerse a largo plazo. Pues bien, por ahora no no ha obtenido respuesta alguna.

Esa es la información que maneja el citado medio. Lillard habría tomado la iniciativa de llamar personalmente a la propietaria del equipo y, al no poder hablar con ella, incluso habría enviado un correo electrónico con el mismo objetivo: evaluar la dirección del equipo antes de firmar una extensión de contrato.

Sus intentos han sido infructuosos. Allen emitió un comunicado diciendo que está enfocada en ganar, no en vender el equipo. Eso es todo lo que ha dicho, y por supuesto no de manera personal al base del equipo. Según el medio neoyorquino, esta situación particular forma parte de lo que definen como un desorden cada vez mayor. La propietaria del equipo no solo tiene problemas comunicativos con su estrella, sino que ha sido acusada de ‘comportamiento tóxico’ por altos cargos de la organización.

¿Se puede reconducir la situación? Quizás, pero no parece que sea sencillo. Cuando una estrella demanda cierto trato para mantenerse involucrado con un proyecto, una negativa –aunque sea eventual– no suele tener final feliz. Y claro, que la propietaria del equipo se niegue a hablar con esa misma estrella, está quizás entre los casos más claros para poder vislumbrar una tormenta en ciernes.

Dicho lo anterior, puede darse el caso de que la actitud de la franquicia sea hasta cierto punto deliberada. Quizás en Portland crean que es momento de pasar página e iniciar un nuevo camino sin Lillard. Si fuese así, hacerlo de un modo suave; es decir, dándolo a entender pero sin pronunciarlo, puede ser el camino que elijan.

A sus 32 años, Lillard tiene aún tres años de contrato por un total de 137 millones de dólares, siendo el último de ellos una opción de jugador por 48,7 millones. Ya es un gran contrato que finalizaría con 35 años; sin embargo, según Bleacher Report los Blazers le ofrecerían una extensión de dos años y 100 millones de dólares para retenerle hasta 2027 (37 años). ¿Han cambiado de idea?

(Fotografía de Steph Chambers/Getty Images)


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