Él y Kawhi Leonard se llevan la palma a lesiones raras esta temporada. Suspense en forma de incertidumbre sobre su estado físico domina sus figuras desde hace meses. En el caso del point guard de los 76ers y número uno del último Draft, Markelle Fultz, tenemos que el jugador lleva sin hacer crujir la madera desde octubre.
Su hombro ha avanzado a la velocidad con la que el zoom de Kubrick devora metros en 2001: Una odisea del espacio. A dos por hora. En Philly han recurrido incluso a la tecnología virtual para tratar de acelerar la recuperación de Fultz, buscando que éste recupere su vieja y satisfactoria mecánica universitaria.
Cuerpo listo
Y hasta aquí han llegado médicos, fisioterapeutas y cuerpo técnico. Los últimos metros del trayecto debe recorrerlos él solo. El hombro está sano, el plano físico completo. Ahora el psicológico corre a cargo del jugador.
Keith Pompey, periodista del Philadelphia Inquirer, se ha hecho eco de unas palabras de Brett Brown, en las que el técnico asegura que jugar o no esta temporada es algo que ya solo depende de Fultz. «Es él quien debe decidir que está listo para jugar».
A los Sixers les quedan diez partidos de temporada regular y luego los playoffs, que ya tienen casi matemáticamente asegurados. Ahora la siguiente pregunta a formular es: ¿Convendría, tanto a jugador como al equipo, que Fultz volviese en este punto de la temporada?
