Esperan con angustiosa impaciencia en New Orleans el día que puedan ver en pista por fin su cuarteto al completo. Hablamos de Anthony Davis, DeMarcus Cousins, Jrue Holiday y Rajon Rondo.
Es este último la flamante incorporación veraniega y quien supone la guinda del pastel. Con él, es cierto, no se soluciona el problema del tiro de tres —de hecho, incluso se agrava—, pero con Rajon se busca aportar la armonía que necesita el sistema. El pace, la elección, la compenetración, el orden, todo eso debe mejorar de un modo descarado con él en pista.
A primeros de octubre llegaba el jarro de agua fría en forma de pubalgia. Se habló de un mes. Hoy podemos confirmar que se van cumpliendo los plazos.
Informa el medio The Advocate que la recuperación del playmaker va por buen camino, pero que todavía la quedan al menos dos semanas de baja. Su equipo le empieza a necesitar.
Hasta el momento hacen lo que pueden, pero no es suficiente. La clasificación nos dice que son el equipo con el cuarto peor balance de la Conferencia Oeste (3-5), y que el dúo Davis/Cousins no se basta por si solo; requieren con urgencia un generador exterior.
El parche
El fichaje de Jameer Nelson, en detrimento de Jordan Craword, se realizó con la intención de paliar o disimular las graves carencias del equipo en la creación. Nelson, magnífico conocedor del juego, supone un parche de 4,7 asistencias por encuentro, además de dotar por fin de cierto sentido a los ataques de Gentry.
Son el 12º equipo con mayor promedio de asistencias de la liga, pero más fruto estas de lo laxa que es la NBA a la hora de recibir, maniobrar y anotar (y a pesar de todo conceder la asistencia) que como fruto de una circulación rápida y voraz, encontrando al lanzador despejado.
Más allá de Davis y Cousins, a los Pelicans les cuesta horrores anotar (19º equipo de la Liga en anotación). Impaciencia e incertidumbre a partes iguales por ver la talentosa volatilidad de Rondo al servicio del magnífico poderío que alberga su pintura; y lo más importante: ver si su añadido puede traducirse en victorias constantes y sonantes en la franquicia de New Orleans. Dos semanas.