Quién más quién menos en la NBA entiende que el tampering es una práctica más o menos aceptada en el seno de la liga. Bradley Beal comentaba hace no mucho que habían intentado reclutarle prácticamente en cada cancha que visitaba. Las conversaciones entre jugadores, franquicias y agentes fuera del periodo de agencia libre son muchas veces incontrolables. Pero hay otras que claman al cielo.
Estos días no se habla de otra cosa que de la posible marcha de James Harden a los Sixers y hay algunos directivos con la mosca detrás de la oreja. En Posted Up, el podcast que dirige Chris Haynes en Yahoo Sports, el insider asegura que hay dueños dispuestos a levantar una investigación si el base acaba firmando por Philly. Los propietarios creen que Harden está manteniendo conversaciones con Morey preparando el terreno para un futuro sign-and-trade en la próxima offseason. Estas sospechas se magnifican teniendo en cuenta la relación que guarda La Barba con Daryl Morey y Michael Rubin, copropietario de los Sixers.
Posibles consecuencias
Si todo esto acaba sucediendo y se demuestra que las conversaciones se han dado de forma irregular, es difícil saber lo que supondría para 76ers y Nets. Normalmente, los capítulos de tampering suave como comentarios en redes sociales o halagos algo infundados se castigan con una pequeña multa. Sin embargo, fraguar un movimiento con tantos meses de anticipación podría tener consecuencias algo más severas.
En el peor de los casos, podemos asistir a un episodio similar al vivido con el fichaje de Bojan Bogdanovic por los Milwaukee Bucks, el cual la liga terminó anulando por firmarse antes de tiempo. Pero también existe la posibilidad de que la NBA haga la vista gorda como ocurrió con las llegadas de Lowry y Lonzo a Heat y Bulls respectivamente. Ambos traspasos se anunciaron minutos después de abrir el plazo de negociaciones, pero el único castigo fue una multa económica y la extracción de una segunda ronda por cada equipo.
(Fotografía de portada de Dustin Satloff/Getty Images)