Que ningún aficionado de los Thunder se alarme por este hecho. Se trata de algo cargado de lógica y que va encaminado a favorecer los intereses del equipo. Nada más.
Informa Sam Amick, de USA Today, de que no se espera que Russell Westbrook firme de inmediato la oferta de renovación que tiene en la mesa por parte de Oklahoma. Es más, lo probable es que espere hasta que expire el plazo para firmar, el cual finaliza al comienzo del próximo curso.
El motivo no es otro que la llegada de Paul George, ya que tanto Westbrook como el alero pueden convertirse en agentes libres en 2018 y eso abre un gran espectro de posibilidades para ambos. En esa tesitura, lo que parece evidente es que Westbrook obtendrá la misma cantidad de dinero ahora o dentro de dos meses, de ahí que esta decisión no corra prisa para el guard – se habla de 217 millones de dólares en cinco años, cifra que destronaría a Stephen Curry como jugador mejor pagado de la liga –.
Tener a George en el equipo ha sido un motivo de felicidad inesperada para Westbrook. Y decimos inesperada porque en las quinielas sobre qué equipos podían hacerse con George no estaban los Thunder, y fue finalmente Sam Presti quien ganó la batalla. Westbrook sabe que con George se pega un salto enorme de calidad y posibilidades para la franquicia, pero tampoco quiere hipotecar su futuro sin saber con algo más de tino qué quiere hacer el alero con su futuro más inmediato.
Precisamente Amick y también Zach Lowe, de ESPN, han insistido en que la intención de George siempre ha sido irse a los Lakers, y que si no lo ha hecho este verano, podría volver a intentarlo el que viene. En ese más que hipotético movimiento podría estar envuelto Westbrook si no estuviera contento con lo que vea antes de firmar su renovación. Pero, como decimos, esta última posibilidad de momento es más una conjetura por parte de algunas fuentes que una realidad fidedigna.