Esta noche los Minnesota Timberwolves han remontado 26 puntos a unos Oklahoma City Thunder con los que se veían las caras por segundo día consecutivo. Lo hicieron en la prórroga, a la que llegaron con un parcial de 16-0 en los últimos 3 minutos de juego. Razones suficientes para plantarse eufórico en rueda de prensa. Pero no para que Chris Finch se guardase un dardo para el equipo de Mark Daigneault.
El técnico de los Wolves ha protagonizado una de las rajadas del curso. En ella ha apuntado a la misma fundación del dominio defensivo de OKC. «Es muy frustrante jugar contra este equipo. Hacen un montón de faltas [que no pitan]», señala Finch. «Y después, tú realmente no puedes tocar a Shai. Es algo muy frustrante que demanda mucha fortaleza mental».
Una práctica común
Lo cierto es que Oklahoma comete muchas faltas de por sí. Son una defensa histórica basada en su agresividad en la línea exterior, pero les cuesta más de 20 personales por partido. Tercer dato más alto de la temporada. También son el tercer conjunto que más envía a sus rivales a la línea de tiros libres.
Finch en realidad se queja de un fenómeno tan viejo como el baloncesto, sustentado en un principio arbitral muy simple. ‘No se puede pitar todo’. Esta es una regla no escrita de la que los equipos llevan aprovechándose desde tiempos inmemoriales.
Jaden McDaniels + Nickeil Alexander-Walker defense on Jamal Murray GOOD LORD pic.twitter.com/z11pnZAJJc
— Timberwolves Clips (@WolvesClips) May 7, 2024
Los propios Wolves lo hicieron durante el pasado curso, que acabaron como mejor defensa de la liga. Especialmente en su enfrentamiento en playoffs ante Denver. Elevar los contactos hasta el extremo hace que los colegiados eleven su vara de medir sobre lo que es falta y lo que no. Por eso, aunque la declaración sea potente, no deja de apuntar algo ya sabido.
Lo de Shai Gilgeous-Alexander y su capacidad para sacar faltas es otro tema.
(Fotografía de portada de Bruce Kluckhohn-Imagn Images)