«Hay que agradecer a las leyendas que sentaron las bases», el épico discurso de Aaron Wiggins

El baloncesto y el rap son parecidos; solo hay que clavarlas para ganar el partido así que... habla, Aaron Wiggins.

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Por Enrique Bajo

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Copas y micro… peligro.

Las celebraciones que siguen al título de campeón de la NBA dejan momentos históricos y anécdotas singulares. Cómo olvidar a Marc Gasol en el autobús de los Raptors, litrona en mano y endorfinas surcando los siete reinos.

Ayer, en los discursos de la plantilla de OKC, a Chet Holmgren se le ablandó un poco la lengua, provocando las risas de sus compañeros. Pero a quien no se le trabó fue a un Aaron Wiggins que nació para esto: más titular que nunca, micrófono en mano.

Su mensaje no iba dirigido a los que son, sino a quienes fueron. A los que estuvieron desde el principio, antes y después. En Seattle y en Oklahoma. Los mudanceros. Los machacas. Los del ‘lo que el ojo no ve’.

«Lo primero, es mostrar nuestro cariño a los grandes, las leyendas que han llevado a la ciudad de Oklahoma en su pecho. Que fueron parte de su fundación antes que nosotros, y gracias a ellos podemos estar celebrando hoy».

Todos ellos arquetipados y resumidos en un jugador con quien la franquicia tuvo un gesto que los aleja, en el mejor sentido, de lo peor del mundo mediático: Nick Collison, primero –y único jugador por ahora– con su dorsal retirado. El pívot del pueblo. Decano de Oklahoma City Thunder. De aquellos orígenes, estas mieles.

Y también tuvo para los allí presentes. Los genuinos. Los que ‘no suben al carro’ sólo cuando todo marcha bien.

«Yo llegué aquí como un pick 55 en el Draft de 2021, y en mi temporada de novato ganamos 24 partidos. Y lo mejor de haber empezado en aquel año, es que la gente que está aquí festejando hoy, son los mismos que estuvieron allí entonces cuando sólo ganamos 24 partidos».

Grande, Aaron.

(Fotografía de portada de Alonzo Adams-Imagn Images)

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