Enumeremos. Aparecen rumores sobre el posible traspaso de Carmelo Anthony. Los aficionados abuchean a Carmelo. New York Knicks se aleja de playoffs tras un desastroso balance de 6-20 desde el día de Navidad. Phil Jackson manda un mensaje a Carmelo vía Twitter. Spike Lee se ofrece para hacerle las maletas a Phil. Charles Oakley es detenido y vetada su asistencia al Madison. El propietario deja caer que Oakley puede tener problemas con la bebida. Despiden al jefe de seguridad. Y ya está. Poca cosa…
Con todo eso que hemos resumido en unas líneas, Carmelo fue cuestionado anoche tras la derrota ante Denver Nuggets. El alero de Baltimore, lejos de echar más leña al fuego, optó por un tono conciliador definiendo la actualidad del equipo como «una nube» –podría ser más bien una borrasca– que viaja sobre sus cabezas.
«Lo que pasó es solo una acumulación de incidentes sobre otro incidente que ocurrió encima de todo lo que está pasando en New York Knicks en este momento. Es una especie de nube que tenemos sobre nosotros y de la que tenemos que encontrar la forma de salir. Tienes que estar dentro, estar pasando por ello, para entenderlo. Desde fuera se ve mal y aún es peor si estás atravesándolo», explica a ESPN.
Sin cambios en el horizonte
Lo más curioso de este cúmulo de tropiezos es que puede acabar en nada. Complicado parece que Phil Jackson encuentre un traspaso al gusto de Carmelo Anthony, y en caso de que éste aceptase, el peligro de cerrar un acuerdo realmente perjudicial para el equipo está sobre la mesa. Además, la gerencia de los neoyorquinos ha dejado claro a Jackson que no piensan prescindir de él.