Ratificar a un entrenador es de las cosas que peor suelen acabar en el universo del deporte; sobre todo para el entrenador en cuestión.
Ayer hubo criba en Arizona y se eliminaban a dos de las extremidades del staff técnico de los Suns. Jeff Hornacek todavía mantiene el puesto de entrenador jefe, pero por si su cabeza rodara, en Phoenix ya se muestran previsores.
La derrota ante los Sixers ha escocido, y el récord de 12-20 sumado al último infortunio de Eric Bledsoe, de posible baja hasta el All-Star, no son precisamente el bálsamo que necesitaban. Hornacek termina contrato este año, por lo que Robert Saver, propietario de la franquicia, tendría que, simplemente, dejar las cosas como están y no prorrogar su acuerdo.
Los Golden State Warriors están siendo la atracción más admirada del parque temático, y Luke Walton está a bordo como segundo y temporalmente al mando. La vuelta de Steve Kerr está al girar la esquina —y el año— así que su meteórico ascenso a entrenador jefe casi responde exclusivamente a su voluntad, pues ofertas no le van a faltar. Los Suns, de hecho, ya le rastrean.
Hornacek cotiza al alza
Howard Beck, de Bleacher Report, nos desliza el rumor, asegurando al mismo tiempo el amplio mercado que tiene Hornacek en caso de despido. Sus candidatos estivales se barajarían, según sus fuentes, entre Brooklyn, Sacramento, Washington, Memphis, Houston, Minnesota, Portland y Lakers.
Tormenta a la vista
La idea es mantener la estabilidad y darle un par de últimos cartuchos —bien merecidos— a Hornacek para enderezar la barcaza. El plan en el aura directiva es no tocar las cosas al menos hasta junio. Sin embargo, en pleno torrente visceral, se avecina el peor de los panoramas y que podría precipitar el cambio.
Los tres próximos encuentros para los Suns son nada menos que Cavaliers, Spurs y Thunder. Tres razones de sobrado peso para desatar la tormenta.