Predicciones: playoffs 2017/18

La temporada entrante, además de apasionante, como siempre, tiene tintes de sufrir varias alteraciones en su mapa de jerarquía. Solo a principios de agosto el mercado ya había contabilizado más de 110 movimientos entre fichajes y renovaciones, y esto sin contar todos los inscritos en la Liga desde el Draft.

De entre tanto cambio de aire, los más sobresalientes se han mudado de lado del país; del bando Este al Oeste. Y esto, automáticamente, afecta al orden de aspirantes.

En este artículo, siempre bajo el toldo de las conjeturas, expondremos los favoritos para entrar en playoffs tras no haberlo hecho el año pasado, así como los candidatos más serios a salir tras sí haberlos disputado este 2017. Asimismo, también hay un hueco para la zona caliente; los destinados a pelear por las ‘séptimas y octavas plazas’ hasta el estertor final del curso regular.

 Clasificación temporada regular 2016/17

Probablemente saldrán de playoffs…

Oeste

Memphis Grizzlies: Imitando lo que ocurre a menudo en los Power Ranking, los Grizzlies bajan porque otros tienen que subir. La marcha de Zach Zandolph es dura, pero no lapidaria. De hecho, el quinteto titular de David Fizdale no debería variar mucho respecto al de la temporada pasada. Aunque aún hay algo por dilucidar: si Tony Allen se va o si finalmente se queda.

Por lo demás, «el bajito y el grandote», Mike Conley y Marc Gasol, continuarían siendo las piezas referentes —y uno podría pensar que casi suficientes— para conducir a un equipo con una mentalidad seria como la de los de Tenneesse a playoffs.

Además, se incorporan algunas piezas que pueden terminar siendo importantes, como las de Ben McLemore o Tyreke Evans, y siguen otras de las que se espera un salto cualitativo en su rendimiento: Chandler Parsons, Brandan Wright, así como los cursos sophomore de Wade Baldwin IV y Deyonta Davis.

No obstante y a pesar de seguir siendo una plantilla competitiva, como decimos, el nivel de la Conferencia Oeste ha subido tanto que hasta los Grizzlies pueden sufrir las consecuencias abandonando los playoffs tras siete años consecutivos sin perderse una sola edición.

También, nos dice la historia reciente, que infravalorar al conjunto de Memphis suele ser un defecto habitual que tiende a pagarse caro…

Este

Indiana Pacers: Dos palabras: Paul George. Un jugador del calado suficiente como para hacer que de su sola presencia se dirima el acceso o no a playoffs de una plantilla entera. Los Pacers, además, ya fueron a remolque el año pasado, con tremendos altibajos que por instantes hicieron peligrar un mes de mayo que, en septiembre, parecía prometedor.

Otros dos titulares tampoco volverán. El experimento de Monta Ellis fue un fracaso, y Jeff Teague ha puesto rumbo a Minnesota como agente libre. La gerencia ha hecho lo que ha podido logrando las incorporaciones de Bojan Bogdanovic y Darren Collison, además de dos jugadores valiosos obtenidos en el traspaso de George con OKC: Victor Oladipo y Domantas Sabonis.

Demasiado nombre nuevo para lograr que funcionen en una sola temporada. Myles Turner debe seguir creciendo para convertirse en el faro de la franquicia, pero ahora es momento de coger aire. No habrá postemporada este año para el conjunto de Nate McMillan.

Chicago Bulls: Un calco de los Pacers. Alcanzaron los playoffs en el último suspiro y en verano han perdido a su mejor hombre; y lo que llega no compensa en el corto plazo lo que se va. Zach LaVine, Kriss Dunn y Lauri Markkanen pueden ser tres piezas idóneas que marquen el resurgir de los Bulls, pero no será en la 2017/18.

Continuamos sin saber qué camiseta vestirá Dywane Wade la próxima temporada. Situémonos en el escenario más optimista y digamos que el escolta continua en su ciudad natal un año más. ¿Realmente está capacitada la versión de Flash de 35 años para conducir, casi en solitario, una franquicia a playoffs? Parece difícil. Sin él, poco menos que imposible.

El proyecto de Butler se estiró hasta el límite con D-Rose y Pau Gasol primero, con D-Wade después. No ha podido ser. Tocará esperar unos años para ver reverdecer la hierba de nuevo en Windy City.

Atlanta Hawks: Decir que se quedan fuera de playoffs es decir poco. Los Hawks apuntan a pelear por no estar entre los colistas de la Conferencia Este. Un maestro necesita herramientas para crear. A Mike Budenholzer, un técnico soberbio, le han desmantelado el vestuario.

Dennis Schroder es lo mejor que hay en una plantilla cargada de «y sis». ¿Y si Taurean Prince y DeAndre’ Bembry crecen a pasos agigantados? ¿Y si Muscala e Ilyasova son capaces de cubrir el hueco dejado por Millsap? ¿Y si Marco Belinelli se disfraza de Klay Thompson?

No, este año lo máximo que aspiran en Atlanta, es a salvar el honor en una temporada que se les puede hacer muy, muy larga.

Probablemente entrarán en playoffs…

Oeste

Siempre bajo la premisa de haber estado ausentes el año anterior. Los siguientes equipos volverán a no quitarse el mono de trabajo en mayo tras un curso -al menos- de vacaciones anticipadas.

Minnesota Timberwolves: Catorce años después ha llegado la súperdefinitiva. Sucede que en los tres últimos también lo era; los jugadores que se unían a los Wolves eran lo suficientemente prometedores como para pensar que era el momento de recordar los años dorados del mejor Kevin Garnett; y un año tras otro, volvían a desilusionar.

Ni con Kevin Love, ni con Nikola Pekovic, ni con Kevin Martin ni con J.J Barea ni, finalmente, tampoco con Ricky Rubio. Una a una la oficina de Minneapolis han ido descartando las piezas que no daban los frutos esperados y han reconstruido vía Draft y, este año más que nunca, vía golpetazo de talonario.

Jimmy Butler, Jamal Crawford, Jeff Teague, Taj Gibson son, mire desde donde se mire, palabras mayores. Tendrán de crédito unas pocas jornadas para engrasarse, pero de ahí en adelante solo se espera una cosa de los Timberwolves: victorias y más victorias.

Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins tienen todo lo necesario para convertirse en lo mejor de sus respectivas posiciones durante la próxima década. Los demás puestos han sido reforzados de lo lindo. En Minny había un ‘2’ y un ‘5’ inamovibles y en apenas unas semanas se han reinventado en todo lo demás.

Tienen un nuevo ‘1’ (Teague) un nuevo ‘3’ (Butler) y un nuevo ‘4’ (Gibson); incluso un nuevo 6º hombre, uno de los mejores que ha habido (Crawford). Esta vez no hay excusas. Si no hay postemporada, el fracaso de Thibodeau será rotundo.

Denver Nuggets: últimamente ha sido el noveno en discordia. Un equipo bien armado pero sin ese jugador que da el último giro de tuerca; ese jugador que representa la diferencia entre disputar los playoffs y no hacerlo. Ese hombre holló Colorado en julio. Paul Millsap conformará una pareja con Nikola Jokic que promete ser —como diría Guillermo— disfrutona.

Todo lo demás ya estaba. El puesto de base será una batalla continua entre Mudiay y Murray por hacerse con la titularidad, lo que debería traducirse en un rendimiento máximo por parte de los dos. Gary Harris y Wilson Chandler aportarán la versatilidad necesaria al enlace entre back y frontcourt. 

Y, para no variar, Mike Malone más que un banquillo volverá a tener un almacén a su disposición. Algo vital en esta NBA de 82 partidos donde, a la hora de dar descanso, las segundas unidades suelen resentirse. Kenneth Faried tendrá la enésima oportunidad para demostrar que su carrera no se ha estancado del todo. El que sin duda no se andará con pamplinas es Juancho Hernangomez: tras un estreno de rookie más que notable, en el Eurobasket no deja de sorprender con una evolución que no se detiene.

Will Barton, Jameer Nelson, Malik Beasley y Trey Lyles apuntalan la rotación para hacernos creer que sí, que en Denver tienen lo suficiente para asaltar unos playoffs que se venden a precio de oro.

Este

Miami Heat: El año pasado Eric Spolestra hizo lo imposible espoleando a su equipo a la remontada más increíble de la temporada. Murieron en la orilla, con mismo balance que los Bulls (41-41), y perdiendo en el desempate. Eso no quita ni un gramo de valor a la proeza que protagonizaron en Florida en una segunda vuelta espectacular, y que puede ser la antesala de un año magnífico.

Habrá continuidad. De las piezas principales siguen absolutamente todas. Y además se suma alguna que otra que pasamos a referir: Justise Winslow sólo pudo disputar 18 partidos; en enero se lesionaba el hombro y decía adiós a la temporada. Recuperarlo para la causa, se convertirá sin duda en un elemento diferencial en el esquema de Spo.

El otro aterriza desde Boston. Kelly Olynyk se quedó sin hueco en la ambiciosa plantilla de Brad Stevens y puede convertirse en el socio perfecto en una pintura donde Hassan Whiteside es dueño y señor. Su calidad, finura y capacidad de alejarse del aro, complementa a la perfección el poderío de un pívot que se basta y se sobra en soledad en la zona.

Si Dion Waiters sigue con el ritmo frenético con el que nos maravilló hasta que una lesión le cortó el ritmo y Dragic continúa como en el Eurobasket haciendo estragos, estos Heat ya han demostrado que pueden ganar a quien sea y además, tras que Spoelstra les cogiera el pulso, hacerlo con espléndida regularidad.

Detroit Pistons: Se ha marchado Caldwell-Pope y, como sustituto, Avery Bradley desembarca en la Motown. Este es el cambio más significativo que ha sucedido en el conjunto de Auburn Hills —Little Caesars Arena aún no me sale natural— y eso, sin duda, mejora lo presente.

Ya el curso pasado había en Detroit quinteto suficiente, banquillo suficiente y entrenador más que de sobra para quedar clasificados entre los ocho mejores de la Conferencia. No fue así y no pueden volver a fallar.

Los equipos de Van Gundy suelen ir a mejor conforme más tiempo dispone para transmitirles su sello. Tras un tropiezo inesperado, debe volver a su ambiente natural. El quinteto es genial y la rotación solvente. Reggie Jackson está en condiciones de recuperar su mejor nivel y la regularidad de Bradley como escudero, adelante y atrás, está fuera de toda duda. Stanley Johnson —entra en su tercer año— Tobias Harris y Andre Drummond cierran un quinteto de garantías.

Aterriza también en el vestuario uno de los mejores tiradores del Draft, Luke Kennard, y Van Gundy prometió darle mayor protagonismo bajo los aros este año a Boban Marjanovic, lo que puede terminar agradeciendo tremendamente. Con lo demás que aguarda en la suplencia —Leuer, Galloway, Ish Smith, Tolliver, Udrih— no debería haber quejas para ahuyentar lo que es una obligación en una conferencia venida a menos: alcanzar la postemporada.

Estarán ahí, ahí…

Oeste

Portland Trail Blazers: les sucede como a los Grizzlies pero en un mayor grado de interrogante. No es sencillo dejar fuera a un equipo que cuenta con Damian Lillard, C.J. McCollum y Evan Turner campando por su juego exterior. Pero ya el año pasado adelantaron sobre la línea de meta a unos Nuggets que todavía no contaban con Millsap.

Cierto es que en los compases finales del curso los Blazers adquirieron, precisamente desde Denver, a Jusuf Nurkic, quien promete dar un gran rendimiento esta temporada si las lesiones le respetan. Pero no es menos cierto que la franquicia de Oregón ha sido de las más pasivas de toda la NBA este verano. Ni un sólo fichaje que podamos reseñar.

Lo único potable llega vía Draft: el prometedor pívot Zach Collins, pero ¿es esto suficiente, un novato y la mera continuidad de un proyecto (donde Meyers Leonard es el quinto mejor pagado de la plantilla), para terminar la temporada entre los ocho mejores del temible Oeste?

New Orleans Pelicans: bastaría con recitar su quinteto y hacer la media del mismo en el 2K18: en cualquier escenario atemporal, esta plantilla, con Rajon Rondo, Jrue Holiday, DeMarcus Cousins y Anthony Davis, sería equipo de playoffs sin apenas debate. Pero en el mundo real y en el futuro inmediato, todo son dudas.

Puede salir o muy bien o muy mal —ya lo analizamos hace unos días—. Han jugado una mano arriesgada y el éxito o el descalabro se miden en un espacio muy estrecho. Si la química gana la partida, habrá playoffs. Sino, otra muesca más en la decepcionante carrera colectiva de Cousins hasta el momento.

PD: Muhammad todavía aguarda, paciente, junto al teléfono.

También han sido considerados:

  • Para salir: Utah Jazz, L.A. Clippers
  • Para entrar: Los Ángeles Lakers, Dallas Mavericks.

Este

Charlotte Hornets: La franquicia de Michael Jordan ha tenido en Michael Carter-Williams su único fichaje del verano. El otro gran nombre ha llegado vía traspaso: Dwight Howard; y su sola presencia ya hace oler a playoffs. El año pasado se desinflaron descomunalmente a partir del All-Star, y finalmente quedaron a una distancia de cinco partidos de la octava plaza.

Los Hornets han absorbido los 23 kilos de Dwight al año porque esperan que sus 2,11 y su fama de buen protector de aro intimiden más a sus rivales de lo que lo hace su contrato. Llega para ser importante, así se lo han prometido en sus primeras reuniones entrenador y directiva.

Su llegada compensa un equipo que funciona muy bien por fuera —Kemba, Batum, Kidd-Gilchrist, Marvin Williams— pero que, a pesar de contar con Zeller o Kaminsky, adolecen de pegada interior. Con Howard, sus tapones, sus rebotes y su capacidad de definición por encima del aro todavía al nivel de la élite, los Hornets pueden dar un importante salto de calidad.

Un banquillo nada asombroso —Lamb, Monk, Carter-Williams—, generan la única duda respecto a si los Hornets serán los dueños de alguna de las, hipotéticas, tres nuevas vacantes que dan acceso a la pelea por el anillo.

Philadelphia 76ers: Quizás parezca precipitado, pero ya vimos de lo que eran capaces los Sixers solo con Joel Embiid. Con Joel Embiid sano, los playoffs dejaron de ser, por unos días, una tontería ilusoria. El impacto del pívot en sus primeros 31 encuentros como novato fue tal, que su equipo empezó a escalar a ritmo de bombero.

Este año, además de con la suya, los Sixers contarán con la aportación de dos novatos más; pero no dos novatos cualesquiera. Los número uno del Draft de las dos últimas ediciones, Ben Simmons y Markelle Fultz, se unirán también en su estreno en la mejor liga del mundo.

Y a este proyecto hay que sumar a Dario Saric, quien ya nos dejó claro que la NBA no le viene grande, y del tirador que tanto ansiaba Brett Brown, J.J. Redick, uno de los triplistas más contrastados de toda la liga.

Sumando a esto un baúl lleno y muy capaz de crecer en calidad —Okafor, Luwawu-Cabarrot, Covington, Anderson, McConell, Kormaz, Amir Johnson—, hay motivos para creer que la culminación de ‘The Process‘ no debe aplazarse ni una temporada más.

También han sido considerados:

  • Para salir: ——
  • Para entrar: New York Knicks, Brooklyn Nets.

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