El pasado lunes, DeMarcus Cousins y Kevin Durant fueron expulsados del encuentro que enfrentaba a Sacramento Kings y Golden State Warriors. Un enganchón verbal con amago de careo entre ambos terminó con las dos estrellas en los vestuarios antes de hora. Tercera expulsión de la temporada para Kevin Durant y ambos jugadores con un enfado del tamaño de un monumento de casco antiguo. De hecho, después de que KD y Cousins desaparecieran del mapa en dirección a las duchas, hubo un conato de enfrentamiento en las tripas del Smoothie King Center (pabellón de los Pelicans).
Fue DeMarcus Cousins quien parecía no haber dado la discusión con Durant por zanjada, y según publicó el diario the New York Times el pívot de New Orleans quería continuar el enfrentamiento en la zona de vestuarios. Al parecer, Cousins trataba de dirigirse al vestuario de los Warriors (adonde se dirigía Durant) para vérselas con el jugador de Golden State de manera bastante airada.
Según la versión del Times, Durant no había entrado aún en su vestuario y los miembros de seguridad del pabellón tuvieron que desviarle hacia otra estancia para que no se las viera con Cousins, al que otros responsables de la seguridad estaban tratando de retener. Llegaron a oírse gritos de «¡Cerrad la puerta, cerrad la puerta!» por parte de quienes intentaban impedir el encuentro y la consiguiente trifulca, según pudo informar el NY Times. La cosa quedó ahí y ambos jugadores no se vieron después de dejar la pista.
Boogie trying to get to KD after they both got ejected. Via @nytimes pic.twitter.com/4VCTakqwyz
— warriorsworld (@warriorsworld) December 8, 2017
«No una pelea»
Kevin Durant, después de que terminara el partido (con victoria para Golden State), restó importancia al amago de reencuentro en la zona de vestuarios.
«No voy a pelear con nadie, no trato de lesionarme, ni quiero que me sancionen. Me encanta jugar y hacer dinero para mi familia. Nadie en la pista va a pelear. Nadie en la NBA va a lanzar puñetazos. Solo hablamos. Es un partido caliente, conversación caliente y decimos lo que sea que decimos y pasamos página. Si eso sigue, tenemos compañeros y mucha gente que puede separar y evitar que hagamos algo estúpido. Porque somos adultos, no queremos vernos en nada de eso», pudo alegar el alero estrella de los Warriors.
Dos días después de aquello, Cousins pareció canalizar su rabia contenida por el buen camino y endosó 40 puntos y 22 rebotes ante Denver, consiguiendo la victoria para su equipo. La tormenta de Cousins enfocada por el buen y mal sentido con solo dos días de diferencia.