¿Regla de la NCAA anti-Rich Paul?

La forma en que Rich Paul conoció y se convirtió en el agente del jugador número 1 de baloncesto del momento, LeBron James, dista bastante de la que un Ari Gold utilizaría para dar caza a su próximo Vincent Chase.

Para empezar, de hecho, antes de James, Rich Paul no era nadie en el mundo de los agentes. Todo arrancó cuando la suerte o el destino quisieron que LeBron se detuviera en aeropuerto de Ohio a comprar unas cuantas camisetas de las que Paul exponía desde su automóvil (de eso sobrevivía)… entonces algo hizo ‘clic’, y ambos conectaron de forma inmediata. De aquella compra clandestina nació una amistad, y de esta brotó una próspera relación profesional.

Hoy, Rich Paul es el mayor súper agente de la NBA, y a su primer cliente se ha ido uniendo una nómina que soporta la comparativa incluso ante el rey. Anthony Davis, Draymond Green, Ben Simmons… y una lista que va in crescendo año tras año. La mayoría jugadores de perfil alto, orbitando siempre en torno a los contratos máximos y los All-Star.

El currículum

Ante el miedo de que el imperio creciente de Paul degenere en un monopolio que abarque más de lo que competitivamente consideraríamos sano dentro del libre mercado, la NCAA, fábrica de talentos, se ha blindado. O eso parece. Porque de entre los nuevos requisitos que acaban de anunciar como insorteables para representar a los jugadores que se preparan para el Draft, hay uno en particular que veta automáticamente a Paul.

¿Coincidencia o causalidad? LeBron James lo tiene tan claro que no ha tardado en bautizar esta nueva norma. ‘La regla Rich Paul’.

¿En qué consiste esta nueva norma? Pues se compone de tres filtros o requerimientos.

  • Contar con un título de educación superior (bachelor degree).
  • Certificado de pertenecer a la NBPA con una antigüedad de al menos tres años.
  • Aprobar un examen personal de aptitudes ante el comité de la NCAA en Indianápolis.

¿Qué es lo que le falta a nuestro protagonista? El título universitario (bastaría con una diplomatura).

Así pues, desde este momento, Paul queda descartado a la hora de ser contratado para aconsejar a aquellos jugadores que pretenden dar el salto a la NBA desde la NCAA.

¿Cláusulas ad hoc o víctima indirecta? Difícil saberlo. Lo que si parece seguro, pues Paul es ya un agente mundialmente conocido y más aún en toda la burbuja que afecte, de cualquier modo, al baloncesto en Norteamérica, es que en la NCAA eran conscientes de que esta metralla golpearía a este agente sin herencia académica.

¿Algo más oscuro?

Pero también hay quienes desconfían todavía más y apuntan hacia otro lado, pretendiendo ver más allá de lo meramente financiero. Un clásico en USA que nunca pasa (ni pasará) de moda. El racismo.

Normas redactas bajo el poder de persuasión de agentes blancos para mantener poltrona y estatus por encima de los agentes negros. Matt Barnes, viejo NBA, se une a esta corriente.

(Fotografía de portada de Yong Teck Lim/Getty Images)


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