Los New York Knicks llegaban al partido inaugural del domingo con cinco derrotas bajo el brazo; sin embargo, dejaron atrás sus problemas para destrozar a los Boston Celtics por 105-75.
La defensa capitaneada por Tom Thibodeau secó a los verdes con un 29% en tiros de campo y un 15% en triples. Kemba Walker, que reaparecía tras su lesión, y su compañero Marcus Smart estuvieron especialmente negados con un 3/13 y un 4/15 intentos respectivamente.
«Mientras hagamos las cosas correctas, sé que mejoraremos y continuaremos haciéndolo», admitió Tom Thibodeau al NY Post. «Me encanta la actitud y la concentración de nuestros muchachos. Tuvimos una serie de jugadores que dieron un paso al frente y jugaron realmente bien hoy. Estamos empezando a encontrar el ritmo. La defensa fue excelente. Defendimos, reboteamos y compartimos el balón. Nos pasarán cosas muy buenas», explicó.
Julius Randle y R.J. Barrett comandaron la ofensiva visitante con sendos dobles-dobles. El ala-pívot sumó su 9º del curso con 20 puntos y 12 rebotes; y el escolta canadiense agregó 19 tantos y 11 rebotes.
Otros destacados de los Knickerbockers fueron sus dos novatos: Immanuel Quickley sumó 17 puntos y 8 asistencias en apenas 21 minutos de juego; y Obi Toppin, que poco a poco va entrando en ritmo, aportó 12 tantos y 5 rebotes en 17 minutos.
A pesar de sus recientes problemas, los New York Knicks han obtenido dos victorias muy importantes antes los dos mejores registros de la Conferencia Este. El pasado 27 de diciembre ganaban a los Milwaukee Bucks por 20; y anoche ante los Celtics cerraban el choque con +30 en el marcador.
«Creo que esto es muy importante. Realmente trabajamos muy duro. Todos los días entrenamos muy duro. Hemos aceptado el sistema del entrenador y jugando duro y haciéndolo juntos tanto como podemos. Ha sido genial conseguir esta victoria», destacó Barrett.
(Fotografía de portada: Adam Glanzman/Getty Images)