Enero fue uno de los peores meses que los Jazz han protagonizado desde el asentamiento de la franquicia en torno a Donovan Mitchell, Rusy Gobert y Quin Snyder. Entre otras cosas, la baja del pívot francés les llevó a un récord de 4-8 en los primeros 31 días de 2022. Durante esas semanas de dudas en las que cayeron definitivamente a la cuarta posición del Oeste, la prensa y opinión pública hablaba de proyecto desgastado y malos rollos de vestuario. Los Jazz han conseguido recuperarse de esta mala racha en febrero y las sensaciones generales han comenzado a mejorar. Si hace unos días era Mitchell quien se empeñaba en dejar claro que no había ningún problema entre él y Gobert, hoy es su compañero el que está entusiasmado por afrontar lo que queda de temporada.
Esto está directamente relacionado con lo bien que ha dicho sentirse el jugador tras volver de su lesión. Con él en pista los Jazz protagonizan un 30-14 que les colocaría en un porcentaje de victorias (68,18) prácticamente idéntico al de los Grizzlies (68,3). Gobert tiene razones para creer. «Lo que hemos pasado como grupo nos ha hecho crecer. Así que sí. Estoy emocionado por el resto de la temporada y creo que vamos a tener una gran racha» declaraba durante un encuentro con la prensa en el All-Star de Cleveland.
No hay por qué desconfiar de su palabra. Tampoco sería la primera vez que los Jazz demostrasen ser una máquina de ganar partidos de liga regular con Gobert como ancla defensiva. Pero como viene siendo costumbre con este equipo, la duda aparece al imaginarles en escenario de playoffs. Ahí, las creencias del francés pueden resultar algo más osadas. «Somos los Milwaukee Bucks. Nadie pensaba que pudiesen hacer nada hasta que lo hicieron». Quizás Rudy olvide el pequeño detalle de que Jrue Holiday y P.J. Tucker llegaron a los Bucks para reforzar todo lo que les hacía fuertes y tapiar algunos de los agujeros más obvios del sistema de Budenholzer. Mientras, los Jazz cada vez han redundado más en la pobreza defensiva que existe fuera del paraguas de Gobert.
Aún así, el pívot seguía dando argumentos para defender su punto. «Debemos continuar trabajando en hacernos mejores los unos a los otros. Construir buenos hábitos para dejar de ser un buen equipo y ser un gran equipo. Construir defensivamente y tomarnos en serio cada partido. Tenemos el talento para ganar a cualquiera». Terminaba su arenga con un ambicioso mensaje. «No queremos ser un buen equipo, sino ser un equipo campeón. Hemos tenido mala suerte con las lesiones, pero el equipo necesitaba la adversidad para aprender, dar un paso atrás y replantearse las cosas».
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)