La crisis de los Clippers continúa. Una semana después de su histórico partido ante los Kings, el cuadro angelino volvió a medirse a Sacramento y volvió a caer derrotado, esta vez por un (algo más) terrenal 128-127. El cuadro de Tyronn Lue sumó así su quinta derrota consecutiva y sigue sin ganar desde la llegada de Russell Westbrook, que fue además protagonista de una de las acciones clave en el devenir del encuentro.
Después de que Paul George pusiera a los suyos por delante a falta de medio minuto (126-127) y de que De’Aaron Fox fallase el lanzamiento que habría devuelto el liderazgo a los Kings, los Clippers se vieron en una situación bastante ventajosa. Con apenas 2 segundos de diferencia entre su reloj de posesión y el reloj de partido, los angelinos podía simplemente estirar su posesión para dejar correr el tiempo, y los locales, conscientes de esto, realizaron una presión muy agresiva con la que tratar de forzar el error. Y, en un pase de Eric Gordon a Westbrook, lo consiguieron.
El balón se deslizó entre las manos del base y fue a parar a la grada, dando a Sacramento una última posesión en la que, tras otro fallo de Fox, Covington hizo falta a Sabonis mientras el lituano se preparaba para palmear el rebote. Sus dos tiros libres terminaron dentro, colocando a los suyos de nuevo por delante, algo que no cambió después del último tiro de Paul George, que fue escupido por el aro mientras el alero reclamaba a los árbitros que había sido golpeado en el brazo mientras lanzaba.
Esta pérdida final fue un duro golpe para un Westbrook que estaba firmando una gran actuación hasta el momento. El base terminó el choque con 27 puntos y 10 asistencias y encestó el 75% de sus tiros de campo, convirtiéndose en el pilar ofensivo de los suyos junto a Paul George y sus 28 tantos. No obstante, la mala fortuna se cebó con él en el peor momento posible, volviendo a posar todas las miradas sobre su persona tras la nueva derrota del equipo.
«Encontramos una forma de robar el partido» comentó Mike Brown. «No respondimos adecuadamente a varias situaciones y ellos supieron aprovecharlo. Pero Sabonis y Fox… Ya he hablado de cómo se ganaron un puesto en el All-Star Game, pero creo que ahora habría que incluirlos en la conversación para ser All-NBA».
Brown no destacó sin motivo a sus dos estrellas, pues ambas fueron efectivamente las grandes responsables del triunfo local. Fox, con 33 puntos, terminó como máximo anotador del equipo, y de hecho logró convertirse en el tercer jugador de la historia de la franquicia en encadenar ocho partidos consecutivos anotando 30 o más. Sabonis, por su parte, firmó otro encuentro completísimo con 23 tantos, 10 rebotes y 7 asistencias, presumiendo además de efectividad en los lanzamientos (10/13) y no dejando que la muñeca le temblase a la hora de decidir el duelo desde el 4,60.
(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)
