El valor del actual All-Star

Tan tradicional como el propio All-Star Weekend se ha vuelto discutir sobre este en las semanas que lo anteceden y en los días posteriores en ...

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Por David Sánchez

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Tan tradicional como el propio All-Star Weekend se ha vuelto discutir sobre este en las semanas que lo anteceden y en los días posteriores en los cuales la liga descansa. La mayoría del contenido, especialmente del que se produce lejos del evento, gira en torno a buscar posibles mejoras o plantear por qué el fin de semana de las estrellas es como es. 

Para explicar esto rápido, acudo a las reflexiones de dos referentes en esto de la comunicación NBA en español. El primero es Andrés Monje, que en una charla para el canal de YouTube de Cancha NBA puso de relieve el punto central de todo esto: el All-Star es una celebración de la liga y su imaginario, no una competición. El segundo es Kike García, que en su habitual comentario ad-hoc a las ruedas de prensa de Adam Silver rescata una idea que debería de ser obvia: el evento va dirigido especialmente al fan casual, los que estáis leyendo esto o pagáis Extra nbamaniacs (si no lo estás puedes suscribirte aquí mismo) no sois el público objetivo de lo que sucede en este fin de semana. 

Añado que a la propia NBA tampoco le debe preocupar más de la cuenta las críticas que rodean al partido y resto de noches del AS. Al fin y al cabo, sigue siendo un fin de semana tremendamente prolífico en lo financiero para la liga. Recordemos que en 2021, con varios jugadores y el mismísimo LeBron James pronunciándose en contra de su celebración durante una temporada zarandeada hasta el estrépito por el COVID-19, la directiva cerró filas ante la imposibilidad de renunciar al montante económico que suponen esos días. 

Agujas en el pajar

Por supuesto, los aficionados que invertimos buen tiempo de nuestro día a día en preocuparnos por lo que sucede en la liga y las razones detrás de ello encontramos gozo en cosas como el Sabrina vs Steph del sábado, el LaVine vs Gordon de 2016 o la competitividad final del primer partido de las estrellas con ELAM ending tras el fallecimiento de Kobe en 2020. Pero, por norma, y fuera de la mitificación de la nostalgia y los días en los que verdaderas estrellas acudían al concurso de mates, sentarse delante del televisor a presenciar el evento al completo deriva en muchas horas de entretenimiento superfluo para ser testigo de unos pocos instantes memorables.

Sin embargo, el All-Star Weekend moderno sí tiene dónde el seguidor habitual puede encontrar valor. Aunque sobre el papel el evento en sí haya perdido interés, hoy en día se genera más contenido que nunca a su alrededor. Y es precisamente en ese volumen intangible de metraje adyacente donde se puede hallar algo que merezca la pena. 

El día a día de la NBA, aunque a veces cueste reconocerlo, pone a la competición en el primer plano. Esto provoca que la mayoría de apariciones en prensa de jugadores, entrenadores y demás sean meros trámites obligados por contrato. “Tenemos que cuidar más el balón, cerrar el rebote y meter los tiros abiertos”. Muchas gracias por el análisis coach. El All-Star, a pesar de ser un último escollo antes de las vacaciones para la mayoría de los que acuden a él, es un escenario al que el jugador acude con una presión mucho menor que la que vive en el día a día. Incluso resulta un marco dado a la reflexión tanto de los protagonistas como del aficionado. 

Un oasis dado a la distensión

Si uno escarba puede encontrarse con declaraciones, anécdotas, curiosidades y momentos realmente valiosos. Y, aun quedándose en la superficie, también puede darse de bruces con historias como Jayson Tatum conociendo por primera vez a Larry Bird, Tyrese Haliburrton recibiendo su anillo del All-Star de un aficionado que lloró con su triple ante Boston en el In-Season Tournament, LeBron James celebrando que un periodista haya superado la cirugía contra su cáncer, Anthony Edwards dejando patente su carisma ante el gran público (perdón por Minnesota) o un capítulo más de la hilarante pareja que forman Luka Doncic y Nikola Jokic. 

¿En qué contexto Doc Rivers podría decir sin aspavientos que tomar la responsabilidad de los Bucks en mitad de temporada es un marrón y que desestimó dos ofertas anteriores ante los micrófonos de una televisión nacional?

Por último, para los verdaderos nerds de la NBA, el All-Star sirve para tomarle el termómetro a la temporada y al actual estado de la liga. Días reposados en los que no dejarse llevar por narrativas caducas y caer en reflexiones algo más profundas. Todo ello con la habitual rueda de prensa de Adam Silver como epicentro, la cual siempre aúna infinitas aristas tanto en lo que dice como en lo que deja de decir. No es Magic superando el VIH a golpe de triple en 1992, no es el bautismo de fuego de Kobe ante Jordan en el 98. Ni siquiera son los concursos que reunían al propio Bryant, MJ, Larry Nance, Shawn Kemp, Dominique Wilkins, Vince Carter, McGrady y compañía. Pero si el espectador quiere encontrar algo que merezca la pena y que realmente apele a su pasión por la liga, ahí está.

Con su permiso, en esta web disfrutaremos de los días sin partidos para oxigenar el cerebro.

(Fotografía de portada de Stacy Revere/Getty Images)

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