Un año más la conferencia Oeste ha mostrado un nivel general elevadísimo. Impulsado especialmente por el crecimiento de un equipo como los Oklahoma City Thunder, que han finalizado líderes cuando hace solo un año ocuparon la décima plaza de la conferencia y se fueron a las primeras de cambio en el play-in. Es curioso que esta evolución se haya dado sobre todo gracias a equipos que no variaron su estructura de un año para otro a través de la offseason. Por mucho que Chet Holmgren pueda ser trampa, el paso adelante de Thunder y Timberwolves ha sido mayormente orgánico y basado en el crecimiento y optimización de la spiezas que ya tenían.
Así llegamos a unas semifinales de conferencia que dejan un magnífico choque entre campeón y aspirante recién llegado. Entre unos Denver Nuggets en el pico de un proyecto que se retrotrae tan atrás como se quiera ir en la carrera de Nikola Jokic y unos Minnesota Timberwolves que se han destapado como candidatos reales en las últimas dos semanas. La serie lo tiene todo.
Jokic y Edwards: dos caras de la misma liga
Primero lo obvio.
Nikola Jokic es el actual mejor jugador del mundo. Y, como tal, una de las caras de la liga. Sin embargo, tenerle en el foco mediático no emana de un esfuerzo por reforzar su imagen de marca. Ni de manera personal ni por parte de la propia NBA. Ya sabéis, su elección en el Draft fue pisada por un anuncio de Taco Bell. Jokic es la estrella más atípica de la liga porque le disgusta profundamente todo lo que tiene que ver con su profesión y se sale del rectángulo de juego. A pesar de tener un sentido del humor natural y magnético, precisamente construido a través de ese pasotismo característico, el serbio no disfruta ni un poco de las cámaras, los micrófonos y demás parafernalias del star system. Incluso se hace extraña su campaña junto a Dreamworks para promocionar la cuarta entrega de Despicable Me (‘Gru, mi villano favorito’).
Por contra, las últimas semanas han solidificado a Anthony Edwards como favorito a heredar el peso mediático que reciben los hombros de LeBron James y Stephen Curry para ser la futura cara de Estados Unidos en la NBA. Que es como decir de la misma liga. Y Ant sí quiere y tiene todo lo necesario para ser esa figura que la NBA desea con todas sus fuerzas.
Su simple sonrisa irradia descaro. Tiene esa arrogancia bien entendida de las grandes superestrellas y el tacto suficiente para llamar de todo a Kevin Durant en la cancha y después salir a rueda de prensa a admitir que es su ídolo de la infancia. Su carisma televisivo es natural, y cuando dice que es el mejor de la liga te lo crees aunque pueda no ser cierto.
A todo ello le ha añadido este año lo indispensable: ser uno de los mejores jugadores del mundo. Si había dudas con su estatus, a los 22 años ha triturado el debate de si es una estrella para colocarse directamente el prefijo de super-. Si ya demostró el pasado curso su capacidad para incrementar su rendimiento en playoffs, lo visto ante los Phoenix Suns supone su confirmación en la élite después de 82 partidos de madurez absoluta (y crecimiento dentro de la propia temporada). 31 puntos, 8 rebotes, 6,3 asistencias y una colección de escenas icónicas difícil de acumular en cuatro partidos.
Los campeones contra su creador
Por segundo año consecutivo, Tim Connelly se verá las caras con la que es su obra. El ahora presidente de operaciones de los Timberwolves llegó a Minneapolis en 2022 precisamente desde Colorado. Donde fue el artífice del núcleo que hoy disfrutan los Nuggets: Jokic, Mike Malone, Jamal Murray, Michael Porter Jr. y Aaron Gordon llegaron a la franquicia de su mano.
Como consecuencia, los Wolves están construidos con Denver como espejo. El equipo ya tenía mimbres, pero su plan no pasaba por la defensa como santo y seña. Otorgar un gran pedazo de futuro por Rudy Gobert buscaba justo eso, asentar una estructura defensiva sobre la que crecer, aparte de solucionar cierto problema reboteador. Directa o indirectamente el movimiento venía a admitir que a los Nuggets no se les puede derrocar desde el ataque y que se necesitaba de una pieza interior o un armazón completo que pudiese complicarle la vida a Jokic. A eso iremos luego.
Lo interesante es que, a pesar de llevar menos de dos años en su cargo, este podría ser la última serie de playoffs de Connelly al frente de las oficinas. El directivo llegó a Minneapolis como primer gran apuesta de la pareja Marc Lore-Alex Rodriguez, que llegaron a un acuerdo con Glen Taylor por la compra de la franquicia en 2021. La transacción, acordada en 1.500 millones de dólares totales y cuyo pago se dilataría a lo largo de tres años, sufrió varios baches desde el inicio. Uno de los primeros relacionados con Connelly. La nueva pareja de propietarios quería convertirle en un gerente de primera categoría como otras franquicias ya habían hecho: convirtiéndole en uno de los mejor pagados de la liga y dándole un porcentaje de las acciones de la organización.
El contrato se apalabró con esta premisa, pero Taylor no dio el visto bueno. Finalmente, aunque molesto por el cambio de planes, Connelly acabó formando de todas maneras. Con el asterisco de añadir a su contrato una cláusula que le permitiese salir en el verano de 2024 sin ningún tipo de traba. Esta letra pequeña se escribió básicamente como prevención a que la transacción acabase complicándose. Cosa que ha ocurrido. Hace ya más de un mes que Taylor anuló la venta aludiendo un retraso en los plazos de pago. Lore y Rodriguez, evidentemente, defienden la postura contraria, y ya han pedido ejecutar el arbitraje que también estipularon dentro del acuerdo.
Es un caso con muchas más aristas y que seguramente acabe dando la razón a los nuevos propietarios. Pero lo relevante para el presente de los Timberwolves es la posibilidad de que todo este asunto acabe con Connelly marchándose por la inestabilidad reinante en la organización.
Partida de ajedrez
La serie de partidos de liga regular entre ambos ha acabado empate (2-2). Pero sobre todo ha dejado la sensación de que los Timberwolves son el equipo mejor preparado para frenar a los Nuggets. En su último encuentro Minnesota replicó el rol que los Lakers encomendaron a Rui Hachimura como defensor inicial de Jokic. Jaden McDaniels por capacidad y Karl-Anthony Towns por centímetros suponen un obstáculo inicial mucho mayor para el serbio que el alero japonés. Y, de paso, situar a Gobert en ayudas aborta en la medida de lo posible la conexión con Aaron Gordon, al que dejan tirar de forma descarada.
En sus enfrentamientos durante la temporada, Jokic solo ha anotado 8 de los 22 tiros que ha lanzado y repartido únicamente dos asistencias con McDaniels y Towns como defensores principales. Mientras que a Gobert le ha anotado 13 de 21 y repartido cuatro pases de canasta. Más allá de eso, queda por ver las decisiones que toma Chris Finch (aunque puede que se pierda el primer encuentro por su operación de rodilla) con la defensa exterior. Sobre el papel lo normal es pensar que McDaniels es el mejor defensor para partir sobre Jamal Murray. También por un tema de reservar las fuerzas de Edwards para el ataque. Pero dado el increíble nivel de Michael Porter Jr. y que Edwards aún tiene ciertas desconexiones o fallos en la defensa sin balón, podría darse un cambio de parejas de baile. Nickeil Alexander-Walker debería también ser trascendental en esa parcela.
Al otro lado, de nuevo, los Timberwolves tienen piezas suficientes para encontrar las rendijas de los Nuggets. Los Lakers han mostrado cómo Denver sigue siendo vulnerable cuando se involucra a MPJ/Murray y Jokic en el pick-and-roll. Y, aunque Gobert no tenga la misma capacidad de castigo que Anthony Davis en esas situaciones, Edwards podrá operar más cómodo que los manejadores de los Lakers por el espacio que le procura Towns. Con el agravante de que el dominicano hace mucho más difícil esconder a Jokic simplemente con colocar a Gordon con el pívot rival.
Por ello KAT y Reid se antojan piezas claves en la eliminatoria. Especialmente Towns por su capacidad de crear en situaciones diferentes y por su infravalorada defensa de espaldas a canasta. Jokic, que se las sabe todas, intentará sacarle del partido incurriendo en sus característicos problemas de faltas.
Y con todas estas variantes tácticas que parecen favorecer a Minnesota, los favoritos son los Nuggets porque su jugada maestra es un sistema orgánico alrededor del mejor jugador del mundo. La serie lo tiene todo.
(Fotografía de portada de David Berding/Getty Images)