Más volátiles que la cartera digital de un criptobro, las primeras rondas tienen un valor difícilmente estimable en la NBA. Igual te ofrecen cinco por un cromo de Abelardo con el uniforme del Alavés que las protegen como una veta de oro en El tesoro de Sierra Madre.
En un extremo están esas franquicias que acumulan tantas rondas hasta el punto de no saber bien qué hacer con ellas. En otro las que las malgastan sin ton ni son, a menudo en prospects centroafricanos que jamás llegan a desarrollarse y, con suerte, terminan jugando en ligas menores como Filipinas o Puerto Rico. Y en una tercera esquina y apretando el bolso contra su pecho, están esos general managers que se niegan a desprenderse de ellas, valorando su potencial muy por encima de jugadores altamente consagrados y que en el 80% de las veces aseguran un rendimiento superior a cualquiera de esos picks que no se atreven a soltar.
En estos momentos, Jerami Grant, 30 años, un salario medio de 33 millones hasta 2028 (la 27/28, opción de jugador) y un rendimiento estadístico en este pasado curso de 21 puntos, 3,5 rebotes, 2,8 asistencias y un acierto en el triple más que consolidado (por encima del 40% en las dos últimas temporadas) no vale, a ojos del mercado, dos primeras rondas del draft.
Nadie a la puja
Pues eso es lo que llevan buscando los Portland Trail Blazers desde que arrancó el verano (además de, claro, jugadores con un peso salarial equivalente para que el acuerdo pueda llevarse a cabo), y han sido incapaces de encontrar a quien se lo dé.
Los Ángeles Lakers, publicamos en su momento, fueron los que estuvieron más cerca de aceptar, pero bien por las dos rondas, o bien porque no están dispuestos a validar ninguno de los paquetes que piden a cambio desde Oregón (por no querer soltar a Reaves o Hachimura), el caso es que a día de hoy, Grant continúa siendo jugador de los Blazers.
Su salario se ubica actualmente en la zona media de los grandes contratos, el 50º mejor pagado de la liga, y que irá ‘abaratándose’ conforme pasen los años analizando el ritmo al que estos suben y lo que se proyecta en base el nuevo contrato televisivo y el futuro límite salarial. Asimismo y por edad, debería seguir rindiendo a un nivel cercano al actual no menos de tres años más, salvo un desplome físico inesperado.
Pero como ha dicho Aaron Fentress de The Oregonian, «una cosa es lo que quieres y otra la que están dispuestos a darte». En 2022 los Blazers se hacían con él, procedente de Detroit, por una primera y dos segundas rondas. Ahora, con un gran contrato bajo el brazo y dos años más, pretenden sacarle un beneficio mayor. Con la salvedad de que nadie en la Liga parece estar por la labor de hacerles el agosto.
(Fotografía de portada de Steph Chambers/Getty Images)