El último baile de una generación

Generación: la sensación progresiva de que ‘algo’ termina mientras ‘otro algo’, a menudo igual pero distinto, ocupa su lugar.

Foto del autor

Por Enrique Bajo

Publicado el

Hablar de ‘Generación’ requiere, en primer lugar, de un acto de acotación. Recortar años por izquierda y por derecha.

No es una tarea fácil, ya que los limites suelen ser tan difusos como los parámetros que usamos para establecerlos. De hecho, por regla general, es el subconsciente quien pone la primera piedra. La sensación progresiva de que ‘algo’ termina mientras ‘otro algo’, a menudo igual pero distinto, ocupa su lugar.

Ese ‘algo’, en nuestro caso, se traduce en una orgía de jugadores formidables que durante muchos años se han batido el cobre y disputado el trono de esta, nuestra Liga. Un mullet estelar segmentado en grupos de edad y talento. Talento para ser diferencial. Talento para (poder) ganar.

Así pues, en un primer grupo:

  • LeBron James: 39 años – 4 anillos de la NBA + 6 Finales de la NBA.
  • Kevin Durant: 36 años – 2 anillos de la NBA + 2 Finales de la NBA.
  • Stephen Curry: 36 años – 4 anillos de la NBA + 2 Finales de la NBA.
  • James Harden: 35 años – 1 Final de la NBA + 3 Finales de Conferencia.
  • Jimmy Butler: 35 años – 2 Finales de la NBA + 1 Final de Conferencia.
  • Russell Westbrook: 35 años – 1 Final de la NBA + 3 Finales de Conferencia.
  • DeMar DeRozan: 35 años – 1 Final de Conferencia.
  • Klay Thompson: 34 años – 4 anillos de la NBA + 2 Finales de la NBA.
  • Draymond Green: 34 años – 4 anillos de la NBA + 2 Finales de la NBA.
  • Damian Lillard: 34 años – 1 Final de Conferencia.
  • Paul George: 34 años – 3 Finales de Conferencia.
  • Kawhi Leonard: 33 años – 2 anillos de la NBA + 1 Final de la NBA.

En tierra de nadie:

  • Kyrie Irving: 32 años – 1 anillo de la NBA + 3 Finales de la NBA.
  • Anthony Davis: 31 años – 1 anillo de la NBA + 1 Final de la NBA.

Y un segundo grupo perseguidor (en una criba mucho más compleja) compuesto por:

  • Joel Embiid (30), Nikola Jokic (29), Giannis Antetokounmpo (29), Karl-Anthony Towns (28), Devin Booker (28), Jalen Brunson (28), Donovan Mitchel (28), Jaylen Brown y Jayson Tatum (27 y 26), Luka Doncic (25), Ja Morant (25), Zion Williamson (24), Shai Gilgeous-Alexander (26), Tyrese Haliburton (24), Tyrese Maxey (23), Anthony Edwards (23) y, más pronto que tarde, Victor Wembanyama.

Disclaimer: realizar esta criba es como prendenter elaborar tu lista de invitados de boda y esperar que todo el mundo esté conforme. Material, afectiva e históricamente imposible. Al cierre del artículo a algunos les faltará Chris Paul, a otros Fox, Sabonis, Young, Siakam o LaMelo, y más de un knickerbocker se preguntará donde están Randle y Anunoby.


Primer criterio: Finales por el título

¿Cuál ha sido aquí el criterio?

Pues bien, hay varios, incluido algún parámetro moderadamente objetivo, pero adelanto que lo que manda es el feeling y, por tanto, cada uno acabará por ceñirse a ‘su Lista’ en base a su propio sentir. Lo que está fetén.

En esta lista de aquí, el primer factor cuasiobjetivo arranca en la temporada 2015-16, en la que coinciden tres hechos clave:

  • El ocaso de los Spurs de Duncan-Parker-Ginobili.
  • El fin al Big Three de Miami con regreso de LeBron James a Cleveland.
  • Primer campeonato de unos Golden State Warriors dispuestos a reescribir los cánones del juego registrado hasta entonces.

Da comienzo una era de dinastía y de aspirantes romperla. Los arrolladores Warriors de Steve Kerr y, ante sí, un puñado deslabazado de superestrellas que, a contrapié, debían hallar la manera de hacerles frente.

Maniobras hubo de todo tipo, desde los que se arrugaron ante el enemigo hasta los que se unieron a él con tal de paladear la gloria. Pero no importa tanto cuántos lograron abrazar el éxito sino la sensación de que éste podía llegar.

Kawhi Leonard probó erigiéndose en líder absoluto de los Raptors, James Harden y Daryl Morey inventaron un contraveneno que, como todo antídoto, contenía en su fórmula parte del virus que querían aniquilar. Y LeBron James, vestuario al gusto, siguió siendo el mismo martillo pilón de siempre, intacta su candidatura año tras año alcanzase o no su objetivo.

Un peldaño por debajo pero permanentemente al acecho, cumpliendo en lo individual y listos para aprovechar cualquier traspiés colectivo, los Paul, Griffin, Westbrook, Butler, George, Lillard o DeRozan, no tan diferenciales, no tan líderes y salvo Clippers no tan bien rodeados, pero prestos para dar el zarpazo si se presentaba la ocasión.

Una década de dominio

La dinastía no de un equipo, sino de una generación de estrellas, monopolizando en su oligopolio particular el cupo de aspirantes, no sintió el aliento de los nuevos hasta 2020, donde Lakers y Heat lograron contener la primera gran embestida de quienes llevaban años arañando terreno y preparando su momento.

Pero la veteranía se impuso una vez más, y Miami y Lakers frenaron in extremis a los Jays, Giannis y Jokic para el que sería el cuarto y último anillo hasta la fecha de LeBron James; un James perenne que había hecho costumbre de lo extraordinadio: presente en nueve de las diez últimas Finales NBA (¡una absurda barbaridad!).

Un año después, temporada 20/21, no pudieron contenerlos más.

Aires de renovación

La nueva generación se abrió paso hasta echar la puerta abajo y firmar sus primeras Finales de la NBA en una década en las que ambos campeones de Conferencia no estarían exclusivamente liderados por un miembro de la vieja guardia.

2021

2021 fue el año en el que Suns y Bucks se citaron por el título y la gloria. O lo que es lo mismo, Giannis Antetokounmpo versus Devin Booker y Chris Paul como factores diferenciales de ambas facciones.

En el Este, huérfano de cracks tras la partida de LeBron a Los Ángeles, sólo quedó Butler como único pináculo, pero lejos de su mejor forma, sufrió el rodillo de Milwaukee en primera ronda. Mismo destino que los Lakers, eliminados por los Suns. Campeón y subcampeón mordían el polvo a las primeras de cambio no a mano de sus congéneres, sino bajo los mandobles de aquellos llamados a tomar el testigo. Sólo Chris Paul, tan líder como Devin Booker en aquel roster de Phoenix, resistió como adalid de lo añejo.

2022 – 2023

Las dos temporadas siguientes sirvieron para demostrar que no sería un relevo rápido sino un combate a más de un asalto. Rondas de playoffs de golpes e intercambios sin dominadores claros.

En 2022 los Warriors volvieron con fuerzas recobradas y ganaron el cuarto anillo de su menguante dinastía ante unos Celtics que morían en la orilla, mientras que 2023 nos dejaba un nuevo retorno de Jimmy Butler a las Finales, pero que sucumbía ante un proyecto que llevaba un lustro gestándose y liderado por un genio del básquet, Nikola Jokic, que al fin ponía la guinda a sus dos MVPs de temporada regular, con el MVP de las Finales y su primer Larry O’ Brien.

2024

El curso 2023/24, sin embargo, ha sido otra historia. Otro guión. Uno sin flujo de mareas. Sin narrativa dual. Sin contrapesos generacionales. Esta última temporada ha sido un soliloquio de los que ‘ya están aquí’ y que encaran el nuevo ejercicio sin ánimo de volver a consentir otra línea discontínua.

La gran esperanza de la old generation en la 23/24 descansaba, más que nunca, en el cuarteto veterano de los L.A.Clippers, de quienes medianamente sanos se esperaba que dieran al fin el Do de pecho… y se quedaron en un pobre sí menor.

James Harden, Kawhi Leonard, Paul George y Russell Westbrook sucumbieron ante Dallas Mavericks, con Doncic & Irving al aparato. ¿Hubiese cambiado la cosa con un Kawhi Leonard sano que apenas pudo disputar dos partidos medio cojo? Probablemente. Pero la apuesta de Steve Ballmer por George y Leonard, erótica sobre el papel, ha sido maldecida hasta el extremo, sistemáticamente perdiendo a uno por lesión y jamás, en cinco años, exhibiendo su verdadero potencial.

Así pues, con tres ex MVPs + Paul George fuera de un plumazo, el cuadro quedaba expedito en el Oeste para que las habichuelas se las disputaran esa colección de cracks seleccionados del Draft 2014 en adelante, con el permiso de Irving, escudero de lujo de Luka Doncic. Porque todos hicieron su trabajo en primera ronda: Denver eliminó nuevamente a Lakers, y los Timberwolves dejaron en la cuneta a unos Suns reducidos a puro marketing; Durant, Booker y Beal, rumbo a casa 4-0 y con el rabo entre las piernas.

En el Este, con Jimmy ‘out’ tras lesionarse la rodilla en el play-in, Boston Celtics se paseó hasta las Finales dejando cadáveres de su propia quinta (Mitchell, Mobley, Haliburton), y replicándose esta realidad por todo el ancho de un bracket vacío de finasterida y repleto de testosterona. La juventud, sin excepciones ni paliativos, impuso su ley.

El último baile de una generación
Cuadro de los playoffs 2024: ‘la Nueva Generación’

Segundo criterio: números inéditos a su edad

Volvamos un poco al pasado.

Era 2016 cuando sufríamos un triple mazazo. Tim Duncan y Kevin Garnett, las dos mejores ala-pívot del nuevo milenio y puede que también del viejo, se retiraban. Y junto con ellos, leyenda de entre las leyendas, lo hacía Kobe Bryant.

Ahora bien. ¿Cómo fueron sus Last Dance?


Tanto Garnett como Timmy colgaban las zapas recién cumplidos (o a punto de cumplir) los 40. LeBron James hará lo propio en apenas dos meses, el 30 de diciembre. Pero mientras los primeros ni se planteaban tirar del carro con 40 años –Duncan (8,6pp) Garnett (3,2ppp)–, LeBron arranca el nuevo curso como cerró el anterior: sobrado. Sobradísimo.

Si unos se diluían como reliquias, el otro es vigoroso presente. En estos cuatro primeros partidos de Liga y con sus Lakers 3-2, The Choosen camina recto con 21,2 puntos, 6,6asistencias y 6,8 rebotes y por encima del 50% de eficiencia tiros de campo. Y lo que le queda. Si LeBron se lesionase gravemente (por más Anthony Davis que haya), los Lakers dirían automáticamente adiós al concierto de los playoffs.


Vamos con La Mamba.

Kobe Bryant se retira a sus 37 años, los mismos que cumplirán Kevin Durant y Stephen Curry a lo largo del curso (KD lo hará ya en temporada baja).

17,6 puntos por partido pero con porcentajes terribles (35,8% en TC y 28,5% en triples) fueron el día a día de Kobe en su último año como profesional hasta que puso la NBA patas arriba con sus 60 puntos, logrando culminar una temporada desastrosa con un sabor de lo más dulce. Kobe lo puso todo en aquella noche eterna digna de Hollywood, pero la realidad es que los Lakers llevaban tres años arrastrándose por el barro, los mismos desde que el ’24’ se rompió el Aquiles y su poder de desborde menguó para siempre.

Kevin Durant sufrió esa misma lesión devastadora, career ending a menudo, y tras un año alejado centrado sólo en la recuperación, obró el milagro y volvió como si nada hubiese ocurrido. Cuatro temporadas desde entonces sin bajar de los 25 ppp y repitiendo como la figura más letal de sus equipos, no importa con cuántas estrellas comparta el tapete. Vigente miembro del 2º All-NBA Team, ¿realmente cuántos no lo consideráis un top-5 (o top-10) del momento?

Siguiendo con Stephen Curry, seis meses más viejo que Durant, el base de los Warriors viene de ganar el CPOY (Clutch Player of the Year) imponiéndose por unas pocas yardas a DeMar DeRozan. Steph, que alzó su cuarto y último título de campeón en 2022, promedió la pasada campaña 26,4 puntos sin fallar a la costumbre, esto es, efectividad de más del 40% en triples, y lanzando la nadería de casi doce por partido.

Rotos los Splash Brothers, pero junto a Green, Wiggins y ahora Buddy Hield, el mejor triplista de siempre ha arrancado suave, con 18 puntos, 6,7 asistencias y 5,3 rebotes (y el 40,7% de rigor en triples) en sus tres primeros partidos de fase regular; y aunque ahora le toquen unas semanas de baja por lesión y el Oeste vuelva a ser una Conferencia terriblemente dura y reñida, unos Warriors con un Stephen Curry saludable en el mes de abril son todavía una amenaza para cualquiera. Repito, para cualquiera.


En cuanto al resto, y aunque las casas de apuestas tengan claros sus favoritos para disputar las Finales, no se paga rematadamente bien que franquicias construidas en torno a estrellas veteranas den la sorpresa.

Esto significa que se les considera ‘en la carrera’ por el título, a la par o incluso por encima de otros proyectos que, por la edad de sus franchise players, deberían estar más cerca su periplo ideal (Young, Fox, Sabonis, Haliburton, Siakam, Williamson, Ingram, LaVine).

El último baile de una generación

Unos pocos elegidos

LaMarcus Aldridge aguantó a buen nivel hasta los 34 y Ray Allen firmó su último All-Star a los 35. Steve Nash le superó, consiguiéndolo a los 37.

John Stockton y Kareem Abdul-Jabbar fueron más lejos que todos. El primero, que jugó hasta los 41, registró en su último año un boxscore de 10,7 puntos, 7,7 asistencias y un acierto superior al 48% en tiros de campo, cifras espléndidas para un base sea cual sea su edad. Al segundo le vimos abandonar las canchas a los 42 como una pieza harto solvente en la rotación de los Lakers y promediando tres años antes, a sus 38 años, 23,4 puntos y 1,6 tapones, quedando quinto en las nominaciones al MVP.

Y por eso y más, John Stockton y Kareem Abdul-Jabbar son John Stockton y Kareem Abdul-Jabbar .

Pero ellos y otro selecto puñado (Robert Parish, Michael Jordan, Karl Malone, Reggie Miller, Dirk Nowitzki, Jamal Crawford…) no son sino las excepciones en un mar de ortodoxia donde lo normal, lo lógico, es la curva decreciente de Rudy Gay, quien dejó de ser un complemento de impacto a los 32 años para estirar la agonía del disfrute hasta los 36 con dosis mínimas de efervescencia.

O Vince Carter, como analogía ideal de talento emblemático y el irremediable proceso corrosivo que afecta por igual al 99% de los deportistas de élite. Jugador determinante hasta los 30, importante hasta los 34, y estético en sus mates hasta el dia de su jubilacion, Vinsanity sucumbió como todos, pero mucho más lento y con mayor dignidad que la mayoría que han tratado de prolongar artificialmente sus carreras.

Los demás, ese grupo que evitó como pudo la retirada hasta cercanos los cuarenta (Mutombo, Haslem, Willis, Mahorn y un largo etc.) lo hicieron como figurantes en cancha, atrezzo de banquillo y mentores de vestuario durante su último tercio profesional. Y nunca como principal argumento ofensivo al poco de rebasar la treintena.

Tercer criterio: los JJ.OO. del Team USA

No son los playoffs, pero es innegable que concentran un clima competitivo muy similar. Hace décadas que toda selección ajena a EE.UU pero con tradición de básquet, dejó de ser una comparsa ante la que bastaba con presentar un combinado de promesas de la NCAA para arrasar sin despeinarse rumbo hacia el oro.

Ahora los MVPs de la mejor liga del mundo se lo reparten jugadores extranjeros, y numerosas franquicias cimentan su futuro en base a sangre francesa, africana, balcánica e incluso canadiense. Por ello, además de haber tenido éxito en arraigar un sentimiento de orgullo en representar al Team USA, una vez en él hay que ganarse el puesto.

Los pasados Juegos Olímpicos de París tuvieron como principal polémica, en las alineaciones de Steve Kerr, la ausencia sistemática del vigente campeón de la NBA, Jayson Tatum. Sin necesidad de reabrir ahora ese melón, sí podemos afirmar, en base a los resultados, que tranquilamente podía haberse quedado en casa por cómo funcionaron los que sí disfrutaron de la madera del Arena Bercy .

JugadorMINPTSREBASTROBTAPFG%3P%FT%
Stephen Curry23.314.83.22.50.70.049.2%46.8%100%
LeBron James24.314.26.88.51.30.366.0%33.3%73.3%
Kevin Durant22.213.83.22.31.00.254.8%52.0%93.8%
Anthony Edwards16.212.82.81.21.30.358.0%48.0%58.3%
Devin Booker22.211.72.73.30.50.058.1%59.1%77.8%
Joel Embiid16.811.23.81.40.21.056.8%54.5%72.7%

Entre los seis jugadores que más minutos jugaron y los seis que más impacto tuvieron, se mantuvo la correlación. Y Stephen Curry, LeBron James y Kevin Durant fueron los líderes totales de la rotación de los Estados Unidos, cargando con el peso creador y anotador.

¿Que Edwards, Booker, Haliburton, Tatum y Adebayo podrían haber ocupado ese rol protagonista y el desenlace hubiese sido el mismo? Desde luego que sí, pero ese no es el punto que nos interesa. El punto no es lo que pueden hacer los unos sino lo que aún están en disposición de hacer los otros. Con ello abríamos el artículo: talento para ser diferencial. Talento para (poder) ganar.

En 1992, la expedición que dio forma al Dream Team en los JJ.OO de Barcelona era otra oda a lo extraordinario, pues aunque las dudas sobre quienes iban a liderar aquel autobús plagado de egos pronto se disiparon (Jordan, Barkley, Malone, Drexler y Mullin… todos por debajo de los 28 años), tampoco las había (dudas) de que en el campeonato doméstico, la NBA, Larry Bird venía de plantarles cara a sus 35 años (se retiró aquel verano tras caer en semis de conferencia ante los Cavaliers de Brad Daugherty y Mark Price), al igual que hubiese hecho Magic Johnson todos los años posteriores en los que el VIH se interpuso en su camino.

Hay que insistir: rarezas extraordinarias.

El último baile de una generación

2024-25: la batalla que viene

De los Tatum, Doncic, Morant, Mitchell no hace falta ni hablar para avalar su candidatura. En cuanto a los otros, los que afrontan la senda del crepúsculo:

  • Paul George. Vigente All-Star y engranaje incuestionable del nuevo tridente de los 76ers para hacer ruido en playoffs.
  • James Harden. Tremendo inicio de campaña con 23,5 puntos y 11,3 asistencias, por una última intentona junto a ese asterisco de nombre Kawhi.
  • Damian Lillard. Imprescindible que esté a su máximo nivel si los Bucks de Anteto quieren volver a dar miedo a los Celtics.
  • DeMar de Rozan. En una terna junto a Fox y Sabonis que podría dar que hablar cuando pocos (me incluyo aquí) lo esperan.
  • Draymond Green. En claro declive pero aún parte del eje central de unos Warriors que niegan haber dicho su última palabra.
  • Klay Thompson. Vuelta a sus orígenes como artillero en los Dallas de Luka Doncic.
  • Russell Wesbrook. Como una petición expresa de Nikola Jokic para sus Nuggets.
  • Jimmy Butler… y los Miami Heat. Todo es posible.

LeBron James (Lakers), Stephen Curry (GSW) y Kevin Durant (Suns). Los capos del Team USA y de toda una generación.

Y entre manos, una última página pendiente de escribir.

El último baile de una generación
(Ezra Shaw/Getty Images)

(Fotografía de portada de Jamie Squire/Getty Images)

TE PUEDE INTERESAR