No importa la previa del Eurobasket 2025 a la que se acudiese. Serbia iba a copar el puesto de máxima favorita en cualquier pronóstico. Se advertía también de cierto malditismo en la selección balcánica, que aún no ha ñogrado un solo título desde que se independizó definitivamente con la separación de Montenegro en 2006. No es la primera ni la segunda ni la tercera ocasión en que los serbios llegan con la mejor plantilla sobre el papel para acabar quedándose por el camino.
Sin embargo, después de quedarse con la plata del pasado mundial, después de poner contra las cuerdas a Estados Unidos en los pasados Juegos Olímpicos para acabar llevándose el bronce; este torneo era el ideal para romper con esta mala racha. La generación liderada por Nikola Jokic había hecho clic y este campeonato les llegaba en un momento idóneo para levantar el primer título como nación independiente.
En los análisis previos mentados, no pocas veces se hacía alusión a que Serbia podría haber conformado una ‘Lista B’ por el manantial de talento al que tenían acceso. Lo cual choca frontalmente con las dificultades que han tenido otras grandes selecciones como España y Francia para conformar una plantilla con 12 nombres que pudiese hacer honor a sus logros recientes.
Y toda esta opulencia, se ha roto en el momento de conocer la lesión de Bogdan Bogdanovic para lo que resta de Eurobasket.
De repente, la ausencia de un solo jugador ha puesto a Alemania a la cabeza de los favoritos. El combinado germano, aunque a expensas de un calendario sencillo, es el conjunto que mejor está jugando al baloncesto en este arranque. Con roles clarísimos y una apuesta por los quintetos de gran envergadura y movilidad que termina pasando por encima de selecciones o menos poderosas o menos ágiles. Perfiles específicos como Andreas Obst o Maodo Lo ponen la puntilla a un roster de poquísimas flaquezas.
Pero, ¿por qué es tan relevante la ausencia de Bogdanovic en una plantilla que cuenta con el mejor jugador del mundo, un complemento NBA como Nikola Jovic y está repleta de talentos de élite en Euroliga? Porque Nikola Jokic ha vuelto a ser malentendido.
Nikola Jokic es un base con matices
Con lo que ha costado romper las barreras posicionales del baloncesto, al respecto del tres veces MVP se ha pasado del blanco al negro. De definirle como pívot clásico a decir que es un base. Y sí, Jokic será el principal generador de juego de cualquier equipo en el que figure. Ahora bien, lo será con sus particularidades.
Por mucho que el de los Denver Nuggets sea un bastión infinito de ventajas ofensivas, sin Bogdanovic Serbia de repente adolece de una creación exterior más que necesaria en un baloncesto FIBA que permite rellenar la zona de cuerpos sin peaje alguno. Eventualmente, Jokic puede atacar con bote y de cara al aro arrancando desde el perímetro, pero el desgaste será mayúsculo. Y el trabado encuentro ante Letonia, incluso la segunda parte frente a Portugal, fueron muestra suficiente de ello.
Sea por falta de talento creativo o por mero diseño, los de Svetislav Pesic solo se sienten cómodos cuando Jokic es el que toma todas las decisiones. Un mantra que solo rompían Bogdanovic y Vasiljie Micic, los únicos capaces de generar con bote de forma consistente. Por ello la decisión de apostar por un Micic que ha llegado justísimo al torneo por encima del joven Nikola Topic deja más dudas cada día que pasa. El joven base de Oklahoma City Thunder podrá estar verde, pero al menos presenta una forma física que en el dos veces MVP de la Final Four de la Euroliga ni está ni se espera.
Jokic es un sistema de juego en sí mismo que, además, se desenvuelve a la perfección en escenarios muy diferentes gracias a su calidad técnica e inteligencia. Va a alimentar transiciones como nadie, a producir desde el poste bajo y a ser el mejor compañero de bloqueo directo que se pueda desear. Pero tener una sola fuente de ventajas, por muy diversas que estas puedan ser, resulta insostenible a medio plazo.
Ahora mismo, lo único parecido a un gestor de juego en condiciones que tiene a mano Pesic fuera de la figura de Jokic se reduce a Aleksa Avramovic y Stefan Jovic. Jugadores que se sienten mucho más cómodos en un rol de generador de apoyo.
Todo esto no significa que Serbia no pueda recomponerse y acabar ganando el torneo. Tienen herramientas de sobra para cambiar el paso y configurar una ruta que les acerque a la victoria en cada eliminatoria, aunque ya no pueda ser un plan de máximos. Se verán empujados a la acción rápida para quitar peso de los hombros de Jokic y Nikola Jovic tendrá que dar un paso adelante en todo lo que no sea la ejecución. Ahora bien, si continúan su paso por el campeonato pensando que Jokic puede solucionar cualquier situación sin construir dinámicas que funcionen con cierta independencia de su silueta, corren el riesgo de equivocarse.
(Fotografía de portada de FIBA Eurobasket)