Los playoffs de Indiana Pacers en la 2024-25 fueron espectaculares y obviamente muchos destacaron la enorme labor de Tyrese Haliburton; sin embargo, si los de Indianapolis llegaron a las Finales y pusieron contra las cuerdas a Oklahoma City Thunder fue sin duda por el esfuerzo grupal de unos jugadores que brillaron en conjunto por encima de todas las cosas.
Una de esas piezas fue Bennedict Mathurin. Arribado a la NBA como número número 6 del draft de 2022, el alero siempre ha llevado el cartel de jugador diferencial, de uno capaz de crearse sus propias canastas y que tiene facilidad para hacer números. Pues bien, con esa presentación sobre la mesa, los pasados playoffs le sirvieron para dar un paso adelante a nivel mental, algo que él mismo confiesa en el media day de los Pacers.
«A veces no sabía cuándo iba a entrar en el partido. Logré un nivel de concentración óptimo ante cualquier circunstancia… ya fuera jugando 35, 17 o 6 minutos. Simplemente salía y lo daba todo», explica.
Parece algo que debería venir de serie, pero si algo ha caracterizado a Mathurin en sus primeros años en la Liga es que nunca sabías si iba a tener un buen día o no. Quizás empujado por no tener un lugar fijo en la rotación y ser más bien un comodín para Rick Carlisle, el jugador de 23 años ha tardado en encontrar ese equilibrio necesario para que no le afecten ciertas idas y venidas.
Un año clave para Mathurin
Es una perogrullada, pero está claro que con la ausencia por lesión de Tyrese Haliburton los Pacers necesitarán más de Mathurin y él debe responder positivamente. El curso pasado fueron 16,1 puntos y 5,3 rebotes en 29,8 minutos por noche. En el venidero apuesten por un Mathurin con más minutos y más puntos, uno que incluso pueda incrementar su estatus en la NBA. El propio Rick Carlisle le ha retado con la titularidad.
(Fotografía de Alonzo Adams-Imagn Images)
