Añicos de playoffs: Tony Paker y LeBron James

Hoy, en día de adioses definitivos (Dirk y Dwyane), no he podido evitar fijarme en otro ‘hasta luego’ de carácter (esperemos) temporal. El de Tony Parker. El francés, en su costumbre de no hacer ruido, lleva casi un mes de baja por motivos personales. Casi un mes sin avec classe. Y por delante, ya con seguridad, otro mes más, el de abril-mayo, sin volver a disfrutarlo. Algo inédito en Oh la là.

Frustración, tostada en mano –lo reconozco, me cae bien el parisino– al ver que todos los match ball que ha ido salvando Charlotte, uno tras otro, no han servido para nada. La heroica empezó (un partido) tarde, y Detroit mantuvo la compostura (y la dignidad) ante los Knicks. Anclaba entonces el culo al asiento dispuesto a encarar un post que no quería escribir, cuando me he dado cuenta de que la situación era aún más grave de lo que había calculado.

Pues esto no iba sólo de Tony Parker y de una racha a punto de hacerse añicos. La tragedia, de no existir, se había hecho (inesperadamente) extensiva a su más inmediato perseguidor y sucesor. LeBron James, no estaría ahí para coger el testigo.

Texas: mucho más que un abrazo

Que Tony Parker cambiara San Antonio por Charlotte era algo tan improbable que ni Malik Monk dio crédito cuando un periodista le comunicó la primicia. Casi tan improbable como imaginar que LeBron James –fuese a la franquicia que fuese y liderase la pandilla de cojos que liderase– podía quedarse, aún en su prime baloncestístico, sin playoffs. Pues bien; ambas cosas están a punto de suceder.

LeBron James, liderando a un vestuario fogoso y que si de algo no adolece precisamente es de juventud en las piernas, se queda por primera vez en 14 años sin disputar las eliminatorias por el título. Algo que no vivía desde su campaña sophomore en la NBA.

Parker lo tenía mucho más fácil. A huevo, vamos. Sólo tenía que quedarse donde estaba. Nada más. El resto (¡es Pops, insensatos!) es rutina. Los Spurs, con una plantilla de circunstancias, lo han vuelto a hacer. Y ya van 22. Veintidós seguidas. La siguiente racha viva, en número de postemporadas consecutivas, es la de Rockets y Warriors… con siete.

Pero el point guard sucumbió al cosquilleo de experimentar cosas nuevas. Y acaba de desvirgar una que hubiera preferido no tocar: su primera primavera (offtopic: esta aliteración me recuerda a la de Álvaro Arbeloa) sin playoffs. Parker cierra su plusmarca, así, en 17 seguidas.

Sucesores en lontananza

Como digo, LeBron James y sus 13 no estarán ahí para recoger el testigo, y los siguientes en la lista no parecen la alternativa ideal con la que hacer temblar el récord. Kyle Korver es un fijo en playoffs desde 2005; es decir, 11 consecutivas, que serán 12 con esta de los Jazz. Sus 38 años, salvo que quiera seguir lanzando triples hasta los 45, anticipan el fin.

Tesitura similar a la de J.J. Redick, aunque su margen es mayor. Con su gran año en los 76ers se ha asegurado empalmar 13 sin una sola de barbecho. Si escoge bien sus próximos equipos y no le entra el picorcito de la retirada, está a tiempo de incordiar.

Y en la lejanía, James Harden, con pleno de playoffs (9) desde que ingresó en la Liga y 29 años (30 en agosto) en el carné de identidad, tiene hoy por hoy (su segundo MVP) otras cosas por las que preocuparse. Conforme se acerque a los cuarenta, ya veremos si este post ha prescrito o no, y debemos volver a sacarlo a la luz.

Así pues, la temporada 2018/19 la recordaremos, entre otras cosas, como aquella en la que Karl Malone (19), John Stockton (19) y Tim Duncan (18), respiraron bien hondo, sabiendo que sus tres peldaños del podium se mantendrán intactos por mucho, mucho… mucho tiempo.

(Fotografía de portada de Ronald Martinez/Getty Images)


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