Bam Adebayo conjugado en presente

Por cuantiosos y merecidos elogios que reciba, la cultura Heat no es para todo el mundo. En la cuasi militarizada estructura que gobierna Pat Riley tan solo sobreviven aquellos capaces de tomar la máxima exigencia como credo. Solo entonces la estancia en Miami eleva las carreras de jugadores otrora mediocres o simplemente insuficientes para el desempeño NBA a primera vista. La obediencia y la servidumbre no son suficientes. De igual forma que Kobe lo convirtió en sello personal, la parroquia Heat coloca a sus futuribles miembros en un ambiente hostil esperando una respuesta a la altura. Cualquier recién llegado debe absorber el ‘adáptate o vete’ como mantra. Pero hay unos pocos que nacen con ello dentro. Su imponente año en Kentuckcy bajo el brazo de John Calipari y la humildad demostrada durante el proceso de entrevistas previo al draft lograron que Bam Adebayo cayese en gracia a Riley, Spoelstra y la cúpula de Miami. El superdotado físico del pívot, que por aquel entonces recién cumplía los 20 años, parecía diseñado a imagen y semejanza del ideario que rige la franquicia desde hace ya casi tres décadas.