El base se retira con varios récords históricos y una huella NBA indeleble en el trato prestado hacia el bien de sus equipos y compañeros
«Las mejores bandejas, las mejores asistencias…». Tal que así describía el gran Andrés Montes en sus narraciones el impagable servicio que el juego de José Calderón suponía en sus equipos. Mr. Catering, un talento enfocado a agigantar su alrededor y diestro como pocos en el arte de facilitar puntos para terceros. Para los suyos.
A quien lleve siguiendo la NBA un puñado de años nada más, las gestas de José Manuel Calderón se entienden solo desde el baloncesto FIBA (que también, ahí su huella es legendaria); sin embargo los Estados Unidos también fueron narrador omnisciente de algunos de los capítulos de mayor brillo en la trayectoria del base de Villanueva de la Serena (Badajoz), retirado este mismo lunes.
Calderón fue el primer jugador español en ganar un encuentro de playoffs en la NBA, antes de que Pau Gasol y sus Lakers reservaran asalto al anillo a partir de 2008. Fue en abril del año 2007, cuando Chris Bosh personificaba la esperanza post Vince Carter en Canadá o T.J. Ford insistía en dejar a Calderón sin hueco titular en la formación que pintaba Sam Mitchell. Que, también, había que agenciarse una flota de antifaces para no apreciar que aquellos Raptors desencogían con el español en cancha…
En su vitrina individual, Calde posee todavía el mejor porcentaje histórico (98,1) de tiros libres perpetrado por cualquier jugador en una temporada NBA, la 2008-09. Y lideró la liga en tino de triples (46,1) en la 2012-13. Nada mal hablan esas miguitas de su puntería arqueando la muñeca al otro lado del charco.
Con Toronto
Sus mayores logros permanecieron, qué duda cabe, en los dominios de los Toronto Raptors, equipo que abandonó en el curso 2012-13 quedando como líder histórico en asistencias (3.770), porcentaje de tiros libres (87,7) o tercero en mayor número de partidos de temporada regular disputados (525), tras DeMar DeRozan y Morris Peterson. Estos récords siguen aún vigentes en la anillada franquicia del norte.
Además, la herencia de Calderón siempre estará unida a la precisión de sus entregas, a su altruismo en pista y a su ingente (e inteligente) contribución en los equipos para los que jugó. El base español queda, no en vano, como cuarto jugador histórico con mejor ratio asistencias/pérdidas de la historia: Muggsy Bogues (4,7), John Paxson (4,2), Chris Paul (4,0) y a continuación ya aparece Calderón, según datos de RealGM. Pura milimetría de servicio. Supera en este dato hasta a John Stockton (3,7), que no es ir precisamente escaso.
En este mismo campo de la estadística, nadie ha superado en el siglo XXI el 5,57 en ratio de asistencias/pérdidas que Calderón ofreció como jugador de Toronto en la temporada 2007-08. Tal registro es el tercero mejor de cualquier época, solo superado por el diminuto Bogues en dos ocasiones (89-90 y 90-91).
Durante sus años en Toronto, por raro que suene a los más novatos, el ex base fue un point guard enormemente respetado y hasta sonó para disputar el All-Star.
Número de partidos
14 años después de su llegada a la liga, Calderón se retira y cambia de profesión con 895 partidos (591 de titular) y 239º jugador que más disputó en la historia de la competición. Esa cifra le deja solo un puesto y dos choques por debajo de una leyenda como Larry Bird (esto pura coincidencia histórica).
Ya en el atardecer de su carrera, Calde fue el tercer jugador español que disputaba unas Finales de la NBA, tras Pau Gasol e Ibaka, en clase turista de los Cleveland Cavaliers, equipo en el que tenía un papel (en cancha) bastante exiguo.
El ya exjugador resultó el cuarto español que hizo las Américas (tras Fernando Martín, Gasol y Raül López) y deja una herencia que no solo se recordará en fronteras nacionales. Calderón fue uno de los bases más destacados en las habilidades de dar buen servicio a sus compañeros, al menos dentro del presente siglo. Se marcha, de hecho, como un histórico en ese nicho del juego.
(Fotografía de portada: Kevin C. Cox/Getty Images)