Curiosidades NBA: los jugadores que han ganado la triple corona de MVP

Ser constante, tener hambre, dar espectáculo y… hacerlo todo como el mejor. En la historia de la NBA ha habido bastantes jugadores que pueden ser tildados como estrellas, pero no tantos que han extrapolado tal característica al máximo nivel, a ese que les ha hecho dominar el juego por completo. Por eso hoy queremos ocuparnos de quienes brillaron en temporada regular y no se conformaron, de quienes cuando llegaban los playoffs apretaban hasta el límite, de quienes cuando llegaba el fin de semana de las estrellas se ocupaban de ser los primeros en hacer disfrutar a los aficionados. En esta serie de curiosidades de la NBA es hora de detenerse en esas leyendas que lograron los tres premios de MVP.

Antes de empezar debemos aclarar que el premio al MVP de las Finales no se empezó a conceder hasta la temporada 1968-69, por lo que anteriormente hay grandes jugadores que con total seguridad también habrían entrado en esta lista de haber existido antes. No hay que preocuparse, también tendrán su mención. Empezamos.

Reed, pleno en 1970

Los New York Knicks están a la cabeza de esta clasificación con Willis Reed, un jugador que en la campaña 1969-70 consiguió algo que solo ha vuelto a verse en la NBA con Michael Jordan (dos ocasiones) y Shaquille O’Neal, ya que en el mismo año ganó el MVP del All-Star, el MVP de la temporada regular y el MVP de las Finales, regalando así a los neoyorquinos el primer título de su historia.

El primero de esos premios lo conseguiría el 20 de enero de 1970 en The Spectrum de Philadelphia, donde llevó a la victoria a la Conferencia Este por 142-135 al irse hasta los 21 puntos y 11 rebotes en 30 minutos. Por aquel entonces compartía parqué con un elenco de estrellas entre los que se encontraban Elgin Baylor, Jerry West, Oscar Robertson o John Havlicek.

Avanzado en esa histórica temporada, Reed llevaría a los Knicks a un balance de 60-22 con 21,7 puntos, 13,9 rebotes y 2 asistencias de promedio que le sirvieron para lograr el MVP con 498 puntos por los 457 que sumaría Jerry West. Ya en playoffs sufriría para vencer en primera ronda a Baltimore Bullets por 4-3, ganaría con más tranquilidad a Boston por 4-1 y en las Finales se impondría a Los Angeles Lakers en siete partidos yéndose hasta los 23 puntos, 10,5 rebotes y 2,8 asistencias por noche para cerrar el círculo de los MVP. Para la historia queda ese séptimo partido ante Wilt Chamberlain en el que hubo de jugar infiltrado por una lesión.

Aunque repetiría anillo en 1973, lo haría siendo ya un jugador de menor calibre, ya que tras siete temporadas a un enorme nivel los problemas físicos empezaron a hacer mella en su cuerpo hasta obligarlo a retirarse a los 31 años.

Chamberlain no falta a la cita

Conversar sobre dominio en la pintura sin hacer mención a Wilt Chamberlain es imposible –o directamente un sacrilegio–. Llegando a la Liga en 1959, marcó un hito al ser MVP de la temporada regular en su campaña de debut. Lo cierto es que los números que atesoró tampoco dejaban muchas más opciones. Jugando para los Philadelphia Warriors hizo 37,6 puntos y 27 rebotes para un récord de 49-26 e imponerse en la votación a Bill Russell por 270 puntos a 186. Sin duda fue el punto de partida de una carrera enorme que, sin embargo, estuvo marcada por el dominio de los Celtics, que en la década de los 60 ganarían hasta nueve anillos.

Atosigado por esa hegemonía verde, Chamberlain –quien también lograría el MVP del All-Star en 1960– tuvo que esperar hasta 1967 para ser campeón, ganando en las Finales a los San Francisco Warriors como miembro de los ya Philadelphia 76ers. Hizo un fantástica serie con 17,7 puntos, 28,5 rebotes y 6,3 asistencias de promedio; la cuestión es que por entonces aún no existía el MVP de las Finales. Así, no fue hasta su segundo anillo, el de 1972 con los Lakers, cuando se haría con tal honor al hacer 19,4 puntos y 23,2 rebotes. Sería su único premio en esta categoría. Si conseguiría tres más de regular season en los años 1966, 1967 y 1968.

Magic y Bird, el duelo de los 80

Cuánta gente se sumó a la NBA por Magic Johnson y Larry Bird. Como si fuese la película mejor guionizada, compitieron entre ellos en la universidad hasta verse en las Finales, llegaron a la NBA en mismo año (1979) y lo hicieron en las dos franquicias más exitosas de la historia: Los Angeles Lakers y Boston Celtics.

El recorrido de ambos en la Liga dejó en ridículo las expectativas. Fieros competidores, aunque con carácter opuesto, convirtieron la década de los ochenta en leyenda; una en la que cada uno aportó no un granito, sino montañas de arena, para que la popularidad de la NBA y el interés del público por la misma se disparase. Pero no divaguemos más. Vamos a lo que hemos venido. Magic y Bird están en esa corta lista de jugadores que han logrado hacerse con los tres premios MVP de la Liga.

Para ser fieles a los datos empezamos por quien antes lo consiguió; es decir, Larry Bird. El jugador de Boston inició su carrera en la NBA como un tiro. En 1981, un año después que Magic, ya era campeón. Sin embargo, no fue hasta 1984 (Finales ganadas ante los Lakers por 4-3) cuando este chico de Indiana lograría tanto el MVP de la temporada regular promediando 24,2 puntos, 10,1 rebotes, 6,6 asistencias y 1,8 robos y llevando a los verdes a un 62-20, así como el de las Finales derrotando a los angelinos con 27,4 puntos, 14, rebotes, 3,6 asistencias y 2,1 robos. Simplemente tremendo. Con esos premios cerraría el círculo, ya que en 1982 –estuvo en todos los All-Star de su carrera menos uno por lesión– fue el MVP del partido de las estrellas con 19 puntos, 12 rebotes y 5 asistencias para que el Este venciese por 120-118. Sumaría otros dos MVP de regular season (1985 y 1986) y uno de las Finales (1986).

Magic no le anda a la zaga salvo por haber conseguido la triple corona algunos años después. El impacto de Earvin Johnson Jr. nada tuvo que envidiar al de su rival. En su año de novato ya fue campeón de la NBA llevándose el MVP de las Finales promediando cerca de un triple-doble al irse hasta los 21,5 puntos, 11,2 asistencias, 8,7 rebotes y 2,7 robos. Repetiría galardón y título en 1982, pero no sería hasta 1987 cuando su trabajo se viese recompensando con el MVP de la temporada. En aquella campaña 1986-87 conduciría a los Lakers a un récord de 65-17 con 23,9 puntos (máximo de su carrera), 12,2 asistencias, 6,3 rebotes y 1,7 robos, se proclamaría campeón ganando Boston (4-2) y también sería MVP de las Finales. Ganaría también el premio a mejor jugador de la regular season en 1989 y 1990, y sería justo hasta ese último año al que tendría que esperar para lograr ser MVP del All-Star, galardón que repetiría en 1992.

El dominio de Jordan

Con Magic y Bird parecía que se tocaba techo, pero entonces –conviviendo con ellos– llegó Michael Jordan para romperlo. Ahora lo estamos disfrutando y conociendo de un modo especial a través del documental The Last Dance, el cual se centra en la campaña 1997-98. No obstante, su dominio y leyenda en la Liga empezó a escribirse mucho antes; tanto es así que para el año 1991 ya había conseguidos los tres trofeos de MVP.

1988 fue el año en el que comenzó a ver reconocido su despliegue de talento. Con Chicago como testigo, Michael se plantaba en el All-Star Game para hacerse con el MVP con nada más y nada menos que 40 puntos. No era sino el preámbulo de un curso en el que llevaría a los Bulls hasta un balance de 50-32 promediando la barbaridad de 35 puntos, 5,5 rebotes, 5,9 asistencias y 3,2 robos para hacerse con el MVP superando a Bird (segundo) y Magic (tercero).

Tras ese hito de 1988 tuvo que esperar hasta 1991 para por fin tocar el cielo con su primer campeonato. El escenario no pudo ser mejor. Casi como marcando un cambio de ciclo en la historia, derrotaría por 4-1 en las Finales a los Lakers (aún con Magic Johnson) con 31,2 puntos, 11,4 asistencias, 6,6 rebotes, 2,8 robos y 1,4 tapones por noche. Por supuesto logró el MVP de dicha serie definitiva así como poco antes había sumado el de la temporada regular. Fue solo el comienzo de su mito. Ganaría otros tres premios de regular season (92, 96 y 98), otros cinco de las Finales (92, 93, 96, 97 y 98) y otros dos del partido de las estrellas (96 y 98). Exacto, estáis leyendo bien, en hasta dos ocasiones se hizo con los tres premios.

Shaquille, bestia en todos los terrenos

El artículo 34 del estado de California tampoco falta a esta cita con la historia. Apareciendo en la Liga justo cuando el dominio de Jordan estaba en su punto cúlmen (1992), Shaquille O’Neal supuso un toque diferente para la NBA, uno en el que su potencia física se tradujo en algo indefendible para los rivales en la pintura.

Siendo una fuerza de la naturaleza sin igual, y justo después de la retirada de Michael, Shaq se convirtió en toda una leyenda para los Lakers, a los cuales condujo a los anillos de los años años 2000, 2001 y 2002, siendo MVP de las Finales en todas esas ocasiones. Fueron sus mejores campañas; tanto es así que en el curso 1999-2000, poco antes de proclamarse campeón, lograba su único premio MVP de temporada regular al promediar 29,7 puntos (máximo de su carrera), 13,6 rebotes, 3,8 asistencias (máximo de su carrera) y 3 tapones. Con ese excepcional rendimiento condujo a los angelinos a un balance de 67-15 que marcaba el comienzo de lo que se convertiría en un three peat.

Pero O’Neal era más que un fantástico jugador, era puro espectáculo. Con ese carácter cercano y bromista, cuando llegaba el All-Star era el primero en darlo todo para que los aficionados disfrutasen tanto dentro como fuera de la pista. Sobre el parqué –es lo que nos ha llevado hasta aquí– logró hasta tres MVP del partido de las estrella en los años 2000 (compartido con Tim Duncan), 2004 y 2009 (compartido con Kobe). Sí, en el año 2000 se hizo con todos los galardones. Impresionante.

Duncan, adelantando el siglo XXI

Nunca la lesión de la estrella de un equipo salió tan bien. Los Spurs tuvieron que jugar casi toda la temporada 1996-97 sin David Robinson y eso les posibilitó elegir en el draft con la primera elección a Tim Duncan. El éxito fue rotundo. En el año 1999 ya habían conseguido el primero de sus cinco anillos. En el 2002 Duncan ya tenían en su currículum los tres galardones de MVP.

El primer premio que llegó a sus manos fue el MVP de las Finales. Jugando contra New York Knicks en 1999, este chico de las Islas Vírgenes se marchó hasta los 27,4 puntos, 14 rebotes, 2,4 asistencias y 2,2 tapones para ser elegido como el mejor jugador de la serie. Al año siguiente, con Oakland como testigo, se haría también con el MVP del All-Star, honor que compartiría con otro jefe en la pintura: Shaquille O’Neal. Y poco tuvo que esperar para cerrar su recorrido, ya que en el año 2002 era nombrado MVP de la temporada regular firmando un promedio de 25,5 puntos, 12,7 rebotes, 3,9 asistencias y 2,9 tapones, y llevando a San Antonio a un balance de 58-24.

Con una carrera tan extensa como exitosa, Duncan también lograría el MVP de la regular season en 2004, así como el de las Finales de los años 2003 y 2005. Curiosamente, y a diferencia de otros de esta lista, no hizo coincidir temporalmente ninguno de los reconocimientos recibidos.

Kobe, rey del All-Star

Llegamos ahora a uno de los más grandes de la historia, que por desgracia nos dejó hace poco por un trágico accidente de helicóptero. Kobe Bryant, mito de los Lakers –donde pasó toda su carrera–, también ha conseguido hacerse con los tres MVP que reparte la NBA.

Si bien en sus primeros años con la franquicia logró tres anillos de campeón junto a Shaquille O’Neal, no fue hasta que se quedó sin él en el equipo cuando su figura creció hasta límites insospechados. Para empezar su colección de trofeos, The Black Mamba se haría con el galardón al mejor jugador del All-Star en 2002. Por aquel entonces contaba con solo 23 años, lo cual no le impidió ser el MVP de un partido en el que había figuras como Kevin Garnett, Allen Iverson o Paul Pierce.

Tras ese éxito para su currículum hubo de esperar hasta un lustro para engrosar su colección de reconocimientos individuales. Repetiría en el All-Star en hasta tres ocasiones en los años 2007, 2009 y 2011, convirtiéndose en quien más veces lo ha ganado con cuatro junto a Bob Pettit. En esa época sería igualmente en la que lograría su único MVP de la temporada regular, el cual llegaría en 2008 promediando 28,3 puntos, 6,3 rebotes y 5,4 asistencias para llevar a los Lakers a los playoffs con un balance de 57-25, aunque caerían en las Finales ante los Celtics por 4-2. La suerte cambiaría en los años 2009 y 2010, cuando se haría con el anillo y con sendos premios de MVP para sumarse a la lista de quienes tienen los tres trofeos.

LeBron y Durant, los últimos en sumarse

Siguiendo la línea temporal marcada desde el comienzo, ahora nos detenemos en los dos únicos jugadores en activo que han logrado los tres MVP y que están en activo: LeBron James y Kevin Durant. El Rey, quien a sus 35 años sigue marcando el ritmo de la NBA, certificó la triple corona en 2012, un año muy especial para él ya que supuso su primer anillo. En aquella campaña, en la cual logró su tercer MVP de temporada regular, llegaría a las Finales para verse las caras con los Oklahoma City Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook, a los cuales derrotó por 4-1 promediando 28,6 puntos, 10,2 rebotes y 7,4 asistencias para ser elegido el mejor jugador de la serie definitiva. A partir de ahí repetiría como MVP de la temporada y de las Finales en 2013. En cuanto a los All-Star, fue seleccionado como el mejor del encuentro en 2006, 2008 y 2018.

En último en unirse a este exclusivo club fue Kevin Durant en 2017. Siendo MVP del All-Star en 2012 y MVP de la regular season en 2014, su paso a los Golden State Warriors le abrió la puerta para ser campeón en los años 2017 y 2018 para ser elegido en ambos ocasiones MVP de dichas Finales, en las cuales derrotaría a los Cleveland Cavaliers de LeBron. Su último reconocimiento individual llegó el curso pasado, en 2019, al ganar por segunda vez en su carrera el MVP del partido de las estrellas.

Los que están a un paso

¿Quién más puede agregarse a esta elegida lista? Obviamente todos los jugadores que se encuentran en activo y disputan la NBA tienen abierta esa puerta en teoría, pero la realidad es que solo dos de ellos están a un solo paso: Kawhi Leonard y Russell Westbrook. El ahora jugador de Los Angeles Clippers ha sido MVP de las Finales en 2014 con San Antonio Spurs y en 2019 con Toronto Raptors; además, en 2020 se hizo con el MVP del All-Star. Con esa cuenta queda claro que solo necesita conseguir ser elegido el mejor de una temporada regular para completar la hazaña. En cuanto a Westbrook, este comenzó su acumulado de premios en los años 2015 y 2016 haciéndose en ambas ocasiones con el MVP del All-Star. Ya en 2017, promediando un triple-doble, se haría igualmente con el MVP de la temporada. En su caso le falta conseguir el de las Finales, algo para lo que tendría que volver a encontrarse en la serie definitiva para conseguir el anillo, lo cual no ocurre desde 2012.

Los que debieron conseguirlo

Aquí abrimos una pequeña mención a jugadores que si hubiese existido antes el premio de MVP de las Finales (empezó a otorgarse en 1969) es seguro que habrían logrado los tres galardones en los que se centra el artículo. El caso más obvio es Bill Russell. El pívot de los Celtics más dominadores de la historia fue MVP del All-Star en 1963 y de la temporada regular en hasta cinco ocasiones (1958, 1961, 1962, 1963 y 1965). Habiendo conseguido 11 anillos, claro está que habría sumado muchos premios a mejor jugador de las Finales.

En una línea parecida encontramos a otros de los mejores jugadores de la historia: Bob Pettit. Siendo el primer ganador del premio MVP al conseguirlo en 1956 (repetiría en 1959), de igual modo se llevó tal galardón en el All-Star en hasta cuatro ocasiones (1956, 1958, 1959 –junto a Elgin Baylor– y 1962). Al igual que pasa con Russell, la posibilidad de conseguir también el honor de ser elegido el mejor de unas Finales es esfumó porque tal reconocimiento no existía cuando en 1958, promediando 29,3 puntos y 17 rebotes, se proclamó campeón de la NBA con los por entonces St. Louis Hawks.

Terminamos este artículo con el curioso caso de Kareem Abdul-Jabbar. Leyenda tanto de Milwaukee Bucks como de Los Angeles Lakers, el maestro del sky hook sumaría en su carrera seis MVP de la temporada regular y dos de las Finales. Con esos datos lo normal sería que haber logrado uno del All-Star fuese casi rutina; pero no fue así. Pese a disputar el partido de las estrellas en hasta 18 ocasiones, nunca fue elegido como el mejor de dicha fiesta.

(Fotografía de Ronald Martinez/Getty Images)

Nota: el artículo ha sido corregido para incluir a Tim Duncan, quien compartió el MVP del All-Star del año 2000 con Shaquille O’Neal.


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