Y pasó lo que tenía que pasar. Después de conjeturas, reuniones e ideas sin ejecutar sobre cómo enfrentar una inminente crisis, el covid-19 se ha instalado en la NBA. La liga ha anunciado la suspensión de la competición después de que Rudy Gobert diera positivo, causando un gran revuelo a distintos niveles que Adam Silver no ha podido contener. Pese a que la intención, tanto del comisionado como de las 30 franquicias, era la de evitar de cualquier forma la interrupción de la regular season, la realidad ha terminado por imponerse. Ahora, a la espera de nuevos detalles por parte de la organización, la pregunta es, ¿cómo debería gestionar la NBA esta situación a partir de ahora?
Suspensión definitiva
Si algo está caracterizando la expansión del covid-19 es su naturaleza impredecible. Sin soluciones efectivas, la medida a aplicar hasta el momento está siendo la de la contención. No podemos calcular el impacto real del virus ni hacerle frente de manera eficaz, por lo que tampoco es posible establecer un modus operandi de actuación. Ni combatirlo directamente. Es decir, no sabemos cuándo dejará de actuar ni cuándo existirá una solución lo suficientemente efectiva como para poder retomar la normalidad sin exponer a la población a riesgos innecesarios. Así, la NBA se sumerge ahora en un periodo de total desconocimiento en el que no puede asegurar una fecha concreta para volver a la calma. En una actualidad tan impredecible, quizá la mejor opción sea poner punto y final a la temporada, sin ningún tipo de enfrentamiento por el campeonato.
Aplazamiento temporal
Los gobiernos de los países afectados están aplicando una medida de aislamiento fijada en los 14 días, tiempo a partir del cual desaparecen los efectos del virus. Dos semanas en las que la NBA tiene tiempo para meditar con absoluta calma su siguiente paso mientras monitoriza la situación de manera diaria. Si pasadas esas dos semanas pueden garantizar la salud de los jugadores, entrenadores, aficionados y empleados, se podría retomar la idea de seguir con la competición. Llegado ese momento, otro nuevo frente se abre: ¿reprogramar los partidos suspendidos o tan solo jugar los que resten a partir de dicha fecha?
Empezar los playoffs
Una medida quizá injusta, principalmente para todas aquellas franquicias que se encuentran en plena lucha por la octava posición de la Conferencia Oeste. Pero el tiempo es el que hay y seguramente no muchos jugadores estén dispuestos a jugar mucho más allá de junio. Ante la incógnita de establecer una fecha concreta para volver a llenar los pabellones, se podría optar por una medida menos agresiva que la de dar por zanjada la campaña. Y esa no es otra que dar inicio a los playoffs sin disputar los encuentros pendientes. Para ello, se fijarían los emparejamientos en función de la clasificación actual de los equipos.
Atrasar el comienzo de la próxima temporada
Seguramente la opción más improbable. La NBA puede esperar a que la situación se normalice antes de retomar la temporada como si nada hubiera pasado. En caso de que se prolonguen los playoffs hasta bien entrado el verano, la organización podría adoptar una idea que ha aterrizado recientemente en la competición. Hace unos días, un ejecutivo de los Hawks trasladó a Adam Silver la propuesta de comenzar cada temporada en el mes de diciembre para aprovechar la mayor audiencia de los meses de verano y evitar solapamientos con otras de las grandes ligas americanas. No parecía una medida con demasiado futuro, pero quizá puede servir ahora como remedio extraordinario y, de paso, poner a prueba su viabilidad. ¿Cómo veríais dar comienzo a la temporada 2020-21 el mismo Día de Navidad?
Queremos saber tu opinión
Tomemos como punto de partida que la salud de las personas debe estar por encima de cualquier tipo de competición deportiva. Pero hay que tomar decisiones. Algunas veces, sin apenas tiempo para poder meditarlas con profundidad. En otros casos, dolorosas. En esta ocasión, ambas líneas se cruzan en un mismo punto. Decida lo que decida la NBA, habrá detractores y sectores de la liga nada contentos con ello. Pero alternativas existen. Y son varias. Así, la pregunta es, querido lector, ¿qué solución debería adoptar la competición?
Estamos encantados de poder conocer tu postura al respecto. Déjanos tu opinión en la caja de comentarios. ¡Te leemos!
(Fotografía de portada de Ezra Shaw/Getty Images)