El debate: ¿qué regalo han pedido las franquicias de la NBA?

El 2019 se acerca a su fin pero antes tenemos una cita obligatoria con la tradición con la celebración del día de Navidad. Una fecha especial para pasar con la familia y los seres queridos entre turrones, polvorones y champán. Y tampoco podemos olvidarnos de los regalos, uno de los grandes atractivos de la velada.

En la NBA también esperan con entusiasmo y anhelo las festividades navideñas con el propósito de comprobar si Santa Claus les ha dejado bajo el árbol el tan ansiado presente por el que suspiran con el propósito de iniciar el 2020 con una nueva cara.

En el debate de NBAManiacs de hoy os lanzamos la siguiente pregunta: ¿qué regalo necesitan las franquicias de la liga?, ¿qué obsequio pedirías si fueras general manager de tu franquicia favorita? Mientras reflexionas sobre ello –o meditas si has sido lo suficientemente bueno como para merecerlo– yo haré mi petición personal como seguidor y aficionado de los Utah Jazz. Recuerda que pase lo que pase, la NBA ya nos tiene preparado el mejor regalo posible en forma de cinco auténticos partidazos con los que amenizar uno de los días marcados en el calendario cada temporada: el NBA Christmas Day.

 ¡Allá vamos!

Salud para Mike Conley

Las lesiones no están permitiendo la ya de por si lenta e irregular integración del base al equipo. Aún así, su ausencia se nota. Y mucho. Sin otro base puro en el equipo, los Jazz están teniendo problemas para organizar la ofensiva y establecer una circulación de balón adecuada. Actualmente, los Jazz presentan el peor ratio asistencia/pérdida de toda la NBA. De hecho, son la tercera franquicia que más pérdidas de balón comete y la cuarta que menos asistencias reparte.

En muchas ocasiones, el modus operandi se reduce a la inspiración ofensiva de Bojan Bogdanovic y Donovan Mitchell. Una solución individualista que no casa, ni mucho menos, con la filosofía colectiva de Quin Snyder. Tanto Rudy Gobert como el propio Mitchell han declarado en varias ocasiones que falta conciencia colectiva y compenetración, por lo que al técnico le queda mucho trabajo por delante si quiere mantener las expectativas competitivas de inicio de temporada. Y gran parte de ellas pasan por la salud de Mike Conley. De momento, son muchos los que echan de menos a Ricky Rubio.

Un banquillo efectivo

El quinteto inicial formado por Gobert, Bogdanovic, O’Neale, Mitchell y Conley presenta uno de los mejores net rating de toda la liga. Sin embargo, la segunda unidad naufraga y Joe Ingles no termina de encajar en su rol de sexto hombre. El ofensive rating de los Jazz cae desde los 107 puntos por cada cien posesiones del primer cuarto hasta los 99,9 (segunda peor marca de toda la NBA) del segundo, coincidiendo con la salida a la pista de la segunda unidad. Ingles es el líder anotador del banquillo con 8,9 puntos y para encontrar la siguiente producción ofensiva tenemos que disminuir hasta los 7,8 de Jeff Green, los 7,2 puntos de Emmanuel Mudiay o los 4,5 de un Niang que, por otro lado, apenas juega 12 minutos por encuentro. Tony Bradley tampoco ha disfrutado de muchos minutos tras el regreso de Ed Davis pese a su buen rendimiento y otros perfiles jóvenes como Miye Oni apenas han contado para un Snyder que confirma su muy limitada apuesta por la juventud.

Al cierre de estas líneas las redes sociales se hacían eco del traspaso de Dante Exum a Cleveland a cambio de Jordan Clarkson. Un movimiento necesario aún sin ser una solución solvente, pero ahora hay más de lo que ya había. Los 22 puntos de la segunda unidad ante Miami reflejan esta necesidad de cambio. Sus 14,6 puntos y un 37,1% en triples pueden insuflar un nuevo aire al equipo. Me ha pillado en plena redacción del artículo. ¡El primer regalo, de forma anticipada! ¡Aprovechad y pedid!

Recuperar la concentración

Estos Jazz no son los Jazz sólidos, rocosos e inquebrantables, tanto a nivel físico como mental, que todos conocemos. Despistes en defensa, excesivas pérdidas, dificultad para cerrar partidos e inconsistencia ofensiva son los principales problemas de los que han adolecido en Utah. Lapsus y descuidos que no son reflejo de una falta de calidad, experiencia o sistema sino más bien de episodios peligrosamente numerosos de desconcentración. Las nuevas piezas no han terminado de encajar del todo y están siendo los jugadores ya asentados en el equipo los que están tirando del carro. Mención especial para un Bogdanovic que si ha cuajado a las mil maravillas y que ha salvado al equipo en más de una ocasión. Una arma de doble filo, pues este apego a la chispa del croata, así como al talento de Mitchell, ha servido para solventar la papeleta en momentos puntuales pero corre el riesgo de romper el crecimiento colectivo del grupo y crear una dependencia ofensiva en torno a ambos.

Queremos saber tu opinión

Yo ya he escrito mi pequeña lista de deseos para los Jazz. Ahora nos gustaría saber la tuya, querido lector, ¿qué regalos crees que necesita tu equipo favorito?, ¿un jugador estrella?, ¿un cambio de entrenador?, ¿mayor suerte con las lesiones?

Estamos encantados de poder conocer tu postura al respecto. Déjanos tu opinión en la caja de comentarios. ¡Te leemos! ¡Feliz Navidad!

(Fotografía de portada de Gregory Shamus/Getty Images)


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