Esto no es un rumor. Ni algo (que sepamos) que esté tangible sobre la mesa. Es solo una conjetura. Una de las muchas que plantea un reportero de la trayectoria y enjundia de Jake Fisher y con los conocimientos propios de un insider muy cercano, además, a Marc Stein.
En un vídeo de media hora en el que repasa varios de los nombres que con más intensidad van a sonar de aquí al cierre del mercado invernal (5 de febrero) bajo la etiqueta de ‘carne de traspaso’, hay un momento en el que hace un point bastante interesante por lo fuera de la conversación que suele quedar, desde hace tiempo ya, uno de los implicados: Draymond Green.
El ala-pívot –que ha cumplido ya los 35 años y, como es normal, su apogeo como jugador va quedando atrás– sigue siendo un elemento clave de la defensa de los Golden State Warriors (top-3 de la temporada), así como conserva su función de playmaker secundario (5,5 asistencias por partido).
Pero su impacto atrás y presencia directa en el defensive winshare (0,9) ya no es el que fue en otros tiempos.
Dicho lo cual, la valoración de Green siempre ha trascendido cualquier número, cualquier cifra medible estadísticamente. Para lo bueno y también para lo malo. Líder polémico, lengua bífida, vísceras a flor de piel y código en pista entre lo deontológico y lo penal, unas veces es el compañero ideal para tener cerca (la mayoría) y otras es como tener el enemigo en casa.
En cualquier caso, hablamos de un nombre imprescindible (¿podemos decir ‘leyenda’?) en la historia reciente de los Warriors, y una pieza sin la cual no se entienden los cuatros títulos en ocho años que ganó la franquicia de La Bahía entre 2015 y 2022.
Pues bien, ese Green pero, sobre todo, este Green, sigue siendo para Fisher un jugador absolutamente intransferible… salvo que la estrella a recibir a cambio sea Giannis Antetokounmpo.
Ni Ja Morant, ni DeRozan, ni Sabonis, ni LaVine, ni Davis… sólo Giannis. «¡Claro, no te jo…!», diréis todos a viva voz. Porque por supuesto, no hay legado ni general mananger en su sano juicio capaz de negarse a un intercambio a pelo entre un Green de 35 años y un Anteotokounmpo de 31 por muy tocado que esté el segundo.
El ‘Dub-Pack’ por Anteto
Y por eso, lo que plantea Fisher es un pack, donde además de Green (útil no solo para aportar en pista de inmediato, sino para reforzar en Wisconsin el liderazgo de una franquicia en horas bajas), los Warriors tendrían que dar varias cosas más en un hipotético que podría incluir a: Jonathan Kuminga, Brandin Podziemski y alguna ronda del Draft.
Al griego le quedan 3 años de contrato por 175 millones, siendo el tercero una player option. En cuanto a los Warriors, tienen a Green, con dos años por 53 millones (segundo PO), a Podzi aún en escala salarial rookie (2 años y 9,2 millones), y un Kuminga que por estar recién renovado, no podría ser traspasado antes del 15 de enero de 2026.
Inventen muchachos, inventen
Y hasta aquí la hipótesis de Fisher.
Que como la suya, hay tantas otras. Como la de Sporting News, donde sí dan cabida a Draymond Green en un traspaso a cuatro bandas por otro jugador que no es Giannis: Anthony Davis. Siendo el planteamiento en una trade machine al borde del vómito, el siguiente:
- Warriors obtiene:
- Anthony Davis
- Mason Plumlee
- Mavericks obtiene:
- Draymond Green
- Jonathan Kuminga
- Primera ronda de 2026 (de Warriors)
- Lakers obtiene:
- Buddy Hield
- Hornets obtiene:
- Maxi Kleber
- Dalton Knecht
- Dinero (vía Lakers)
(Fotografía de portada de Cary Edmondson-Imagn Images)
