¿Deberían reforzarse los Dallas Mavericks tras la lesión de Dwight Powell?

El canadiense se perderá el resto de la temporada tras dañarse el Aquiles; la franquicia texana debe buscar algún traspaso para no perder potencial de cara a los playoffs

Rotundamente sí. Los Dallas Mavericks acaban de sufrir un contratiempo de lo más aguafiestas. Su ‘cinco’ titular, Dwight Powell, es prácticamente seguro que vaya a perderse el resto de la temporada 2019-20 tras sufrir un desgarro en el tendón de Aquiles; y dicha dolencia también podría impedirle comenzar con normalidad la campaña siguiente. Un auténtico chasco ahora que los Mavs comenzaban, de nuevo, a coger tracción positiva en la clasificación de la Conferencia Oeste (vuelven a ser quintos).

Se queda Dallas sin uno de sus hombres interiores más importantes. Cuentan con fondo de armario para tapar el agujero durante uno o dos partidos —Maxi Kleber casi siempre realiza una formidable labor, sobre todo en defensa, dentro de sus cometidos—, pero si desean llegar lejos este curso, seguramente les toque entrar a degüello en el cierre del mercado de traspasos.

No lo tienen mal para hacerlo. Courtney Lee era ya un candidato de lo más fiable a abandonar el equipo antes del 6 de febrero (deadline), y tras la lesión de Powell esa posibilidad gana un sinfín de enteros. Con el contrato de Lee (12,7 millones), que termina en junio, Dallas podría conseguir el traspaso de otro contrato de dimensión similar y con un jugador que realmente pudiera ayudar a la plantilla de Rick Carlisle.

Lee apenas ha contado este curso (solo ha jugado 10 partido y 8,0 minutos) y por ello no habría el menor reparo a la hora de lanzarle por la borda. Claro que esa marcha no sería gratis, podría tocar también decir adiós a piezas de mayor valor (jóvenes o rondas del draft) para poder obtener recambios de calidad.

Entendámonos, no es que Powell represente un perfil de lo más dominante pero sí con recursos defensivos, rebote, presencia y de pick and roll interesantes; el canadiense estaba resultando muy útil en la rotación texana, más con los recientes problemas físicos de Kristaps Porzingis y al lado de un creador de juego excelso como Luka Doncic, que facilita las cosas a los jugadores más grandes.

Porzingis y Kleber

La cuestión primero es dilucidar si los Mavs quieren reforzarse o no. En la actualidad cuentan con Porzingis, Boban Marjanovic y Kleber como interiores principales. Contando con que las participaciones del gigante serbio llegan con cuentagotas, en situaciones puntuales de los partidos, parece que sería difícil que Dallas aguantase toda la temporada solo con dos grandes dentro de la rotación. Eso significaría aplicar un small ball casi por defecto, por decreto ley, y demasiado forzado en muchas ocasiones.

Por ese motivo, en cuanto se confirme la baja de Dwight Powell para el resto del curso, los Mavs deberían empezar a pintar soluciones. Que he ahí el otro quid de la cuestión: podrían buscar un refuerzo en forma de alero de enfoque defensivo, para potenciar los quintetos pequeños (con Porzingis o Kleber como cincos); o bien un pívot también de corte destructor, con presencia física, para que acompañase y liberase a Porzingis en la pintura.

Ya se sabe que el letón se encuentra cómodo con alguien que le guarde las espaldas, un jugador más grande y fuerte que él cerrando filas. Eso mismo ocurre en los Lakers, donde Dwight Howard o JaVale McGee escoltan los movimientos de un Anthony Davis al que le gusta el libre albedrío y poder hacer sus incursiones fuera de la pintura.

Si es un alero

De esa manera, si los Mavericks optasen por reforzarse con un alero, podrían encontrar un par de buenas opciones en el mercado. Las mejores, y más realizables, parecen Andre Iguodala y Robert Covington. Dallas habría mostrado además más o menos interés por ambos jugadores a lo largo de la presente campaña.

En el caso de Iguodala tendrían que entenderse con los Memphis Grizzlies, que custodian el contrato del veterano campeón como oro en paño desde julio. No sería difícil sacar a Iggy de Tennessee, pues los Grizzlies saben que si no negocian a la baja tendrán que acabar cortándole. Si saben esperar el momento oportuno, los Mavs podrían hacerse con Iguodala sacrificando nada más que alguna segunda ronda del draft.

Covington estará más difícil; es así porque su contrato no es expiring (todavía le quedan dos temporadas más garantizadas) y porque media NBA le ha echado el ojo. El match de salarios con el contrato de Courtney Lee sería total en este caso pero Dallas tendría que sacrificar algo más que una segunda ronda para poder hacerse con Robert Covington. Media Liga suspira por su fichaje y por ello los Timberwolves no venderán nada barata su salida. Eso si es que sale, que está por ver.

Si es un pívot

Luego, en caso de que Carlisle diese orden de que es un pívot lo que anhela, las opciones serían más abundantes. No podría llegar esa necesidad en mejor momento pues numerosos pívots se encuentran en el mercado a pocos días de que este eche la persiana hasta julio. Empezando por Andre Drummond, sobre quien el periodista Vincent Goodwill (Yahoo!) publicó hace algunos días que los Mavs estaban tímidamente interesados.

El traspaso de Drummond sería cosa seria y quizá no el que procede en estos momentos en Dallas. Aunque su caracter expiring (posee una opción de jugador que puede rechazar) podría dar una oportunidad de oro a los Mavs para hacerse con un gran jugador a cambio de bastante poco. Los Pistons estaban demandando una primera ronda en las negociaciones con diferentes franquicias y hasta ahora nadie había satisfecho esas demandas. Podría ser la hora de Dallas para pegar un zarpazo importante al mercado.

Otras opciones interesantes pueden resultar Serge Ibaka, por quien los Toronto Raptors podrían escuchar ofertas dado su pronto ingreso en la agencia libre. No es que en Canadá vayan a forzar un traspaso y deberían aguantar con la plantilla actual hasta el final de temporada; pero si llega una oferta interesante sería obsceno no estudiarla.

Más jugadores que podrían cuadrar dado el contexto de los Mavericks son Aron Baynes (Phoenis Suns), Dewayne Dedmon, que está como loco por salir de Sacramento, Tristan Thompson (Cleveland Cavaliers), Jakob Poeltl (San Antonio Spurs) o hasta Hassan Whiteside (Portland Trail Blazers), siendo este último algo más complicado de llevar a cabo.

Todos estos jugadores, excepto Dedmon, se encuentran en los últimos meses de sus actuales contratos y por ello podrían encajar a la perfección en lo que buscan los Dallas Mavericks: un refuerzo hasta final de curso, de garantías y que no comprometa lo más mínimo el porvenir salarial. Estaríamos hablando solo de refuerzos momentáneos, a muy corto plazo.

También ha sido pasto de los rumores en las últimas semanas el nombre de Myles Turner, a quien en Indiana no consideran intransferible. Sin embargo, esta opción podría ser menos factible dada la retorcida viabilidad del movimiento.

De ese modo, Dallas debe decidir si moverse o no antes del 6 de febrero. Y en caso de hacerlo, cualquiera de los perfiles anteriores podría ser el agraciado. Ahora mismo los Mavericks son quintos en el Oeste (27-16), a tres partidos del cuarto lugar que ocupan los Utah Jazz. Reforzarse sería una opción inmejorable porque de lo contrario el resto del curso podría hacerse muy largo.

(Fotografía de portada: Matthew Stockman/Getty Images)


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