Diario de Victor Wembanyama, página primera

Este texto forma parte de un diario planeado para actualizarse mensualmente con el seguimiento de Victor Wembanyama. En ella se repasarán resultados, declaraciones, opiniones externas ...

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Por David Sánchez

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Este texto forma parte de un diario planeado para actualizarse mensualmente con el seguimiento de Victor Wembanyama. En ella se repasarán resultados, declaraciones, opiniones externas y se pondrá el foco en su desarrollo individual y colectivo.

No sucede a menudo que al inicio de una nueva temporada NBA el favorito para alzarse a la cabeza del próximo draft se encuentre fuera de las fronteras norteamericanas. En esta ocasión no solo se trata de un chico que apunte a ser el mejor de su camada, sino a un talento generacional llamado a dominar la liga en algún punto de la próxima década. Obviamente hablo aquí de Victor Wembanyama, el francés que suma ya dos cursos anticipando su entrada por la puerta grande a la mejor liga del mundo a pesar de cumplir tan solo 18 años.

En estos momentos este chico de 2,21 —dato que registra Le Parisien— es el absoluto favorito para alzarse como primera elección del draft 2023. Y lo es porque, casi como todo gran prospect en las posiciones interiores, deja jugadas más típicas de un alero en lo que a movilidad, elasticidad y corte técnico se refiere. Además goza de un más que notable repertorio en el tiro de media y larga distancia, desde donde puede lanzar incluso estando desequilibrado por encima de casi cualquier defensor.

Pero sobre todo, y esto ya no es tan común, es un talento muy especial en la zona, donde juega constantemente por encima del aro, acude a situaciones de espaldas que resuelve con pericia, rebaña cualquier balón que pase por allí y cierra a cal y canto cuando le toca estar al otro lado. Para el que busque –odiosas— comparaciones, algo así como un Evan Mobley menos móvil y versátil atrás, pero mucho más incisivo y completo en la parcela ofensiva.

Uno de esos elegidos

Las cosas pueden cambiar mucho porque en Estados Unidos ni siquiera ha comenzado el campeonato universitario donde estarán la mayoría de jóvenes que lleguen dentro de un año a la NBA. Pero por ahora Victor Wembanyama va a recibir una consideración similar a la que antes sostuvieron Cade Cunningham, Zion Williamson o Ben Simmons en tiempos recientes.

Antes de entrar de lleno en el día a día del chico, hay que aclarar cómo ha llegado hasta donde está. Victor marca todas las casillas que cabe esperar en un prodigio llamado a ser un talento generacional. Ha destacado sobremanera en todos los torneos de selecciones inferiores desde que apenas cumplía 14 años, cuando la ESPN empezó ya a echarle un ojo. Por aquella época, ASVEL y FC Barcelona se peleaban por reclutarle, con el club catalán llegándole a invitar a una Minicopa Endesa en 2018. Él decidió continuar con su formación en el Nantierre 92 al que llegó con 10 años mientras seguía fascinando a los ojeadores del mundo en cada torneo de exhibición internacional al que acudía.

En 2021 por fin se decidió a dar el salto al gran club del momento en su país —con permiso de Mónaco—, el ASVEL Lyon-Villeurbane de Tony Parker. Allí la exigencia iba a ser doble debido a la participación del equipo en la Euroliga, considerada la segunda mejor liga del mundo y cuyo calendario en según qué momentos del año se vuelve inclemente para alguien acostumbrado a jugar una vez por semana. Wembanyama continuó su ruta ascendente coronándose como el mejor jugador joven de la liga francesa, aunque no pudo replicar dicho mérito en competición internacional debido al pobre rendimiento del ASVEL y a su irregular participación en las grandes catedrales del baloncesto europeo.

Aire fresco en el último repecho

Esto no impidió que Parker dejase clara su intención de construir un equipo a su alrededor aun a sabiendas de que marcharía en 2023. Sin embargo, Victor tenía otros planes para su último año en el viejo continente. Hace un par de meses que decidió llevar sus talentos al Metropolitan 92 Boulogne-Levallois, equipo de un distrito parisino en el que entrena el seleccionador francés Vincent Collet. Con este movimiento el chico busca alejarse de la extrema exigencia de competir cada 3 días para centrarse en otras áreas de su desarrollo. El propio Wembanyama explicaba su decisión hace unos días en el medio francés Basket Session:

“Un partido a la semana es el formato ideal. No necesito correr riesgos para jugar más que eso. Francamente, para el desarrollo, no hay nada mejor. Quiero recuperar cosas en las que solía trabajar y para las que no tuve tanto tiempo [el año pasado]. Básicamente trabajo individual con diversos entrenadores y físico con Guillaume Alquier, que también acaba de fichar”.

Los aquí presentes estaréis acostumbrados al calendario NBA, pero no es natural que un jugador de 17 años juegue dos y hasta tres veces por semana como la exigente programación de la Euroliga obligaba a Wembanyama el curso pasado. Por prodigioso que sea su molde físico, es muy consciente del trabajo que le queda para ganar una estructura muscular que le permita trasladar su dominio a la máxima élite. Lo cual le ha llevado a dar un paso atrás en lo competitivo para centrarse en áreas en las que cree necesario crecer.

En la misma entrevista, el joven talento dejaba a un lado cualquier condescendencia para dejar claro que, aunque le otorgue la debida importancia al lugar donde caes como novato, su único objetivo es asentarse en lo más alto del próximo draft. Empresa para la cual sí creo que es importante verle desenvolverse en la máxima exigencia que el baloncesto europeo le puede ofrecer. Por lo que precisamente resulta una pena no haberle podido ver en el último Eurobasket por culpa de una pequeña lesión. Pero con la suerte ya echada, no queda otra que sentarse a observar los últimos coletazos europeos de un talento como aparecen pocos en cualquier lugar del mundo.

Día uno de su nueva vida

Pese a la derrota de su equipo, Wembanyama dejó una actuación individual memorable en su debut oficial con el equipo parisino. El joven pívot coleccionó 23 puntos, 10 rebotes y un tapón en 30 minutos de juego que no sirvieron para conseguir la victoria ante BCM Gravelines de Dunquerque. El conjunto dirigido por Collet está compuesto por un núcleo insultantemente joven —ninguno de sus cinco jugadores con más minutos sobrepasa los 25 años— en el que Wembanyama comparte protagonismo con Hugo Besson, otro futurible NBA de 21 años. El desarrollo del partido no hizo nada por subsanar prejuicios comunes que acompañan a un grupo joven. Desde el primer momento las pérdidas y la mayor intensidad física del rival dejaron a los Mets fuera del partido. Aunque esto no fue óbice para centrar las miradas en el que a todos ojos era el mejor jugador sobre la pista.

https://www.youtube.com/watch?v=hO8p56rvD_0&t=7s&ab_channel=TheDraftmatic

Como es evidente, había muchos ojos puestos en el que es la primera parada de Wembanyama en la temporada que le acabará llevando a cruzar el charco. Y ahí estaban los sospechosos habituales del análisis de promesas y los ojeadores NBA para tomar nota. De hecho, parece que esto va a ser lo habitual durante todo el curso. Jérémy Medjana, directivo de la agencia Comsport que lleva a Victor, dice haber recibido peticiones para toda la temporada antes incluso de conocerse el calendario.

Todo este ruido mediático se calmó notablemente para el segundo encuentro de Wembanyama y los Mets en la liga francesa. Quizás en parte por los problemas de faltas que acuciaron al pívot desde bien pronto y le dejaron en 20 minutos, 10 puntos, 8 rebotes y 3 asistencias. El partido deja la defensa como algo a observar en Wembanyama y su tendencia a levantar los pies del suelo especialmente cuando la finta proviene de un pequeño. Por repetidos y asombrosos esfuerzos que el chico sea capaz de realizar en pocos segundos, necesita ser más paciente de lo que fue el martes pasado.

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Libreto infinito

Más allá del impacto visual de su repertorio ofensivo, estos dos partidos permiten salivar con cómo Collet le está integrando en el juego. El equipo le busca una y otra vez en todo tipo de jugadas. Spanish pick-and-rolls en los que despliega su verticalidad hacia el aro. Recepciones tras bloqueo en el tiro libre donde demuestra una paciencia, lectura y distribución increíbles. Jugadas que comienza sin ventaja y más allá del perímetro donde amenaza con su buena mano y su mortal primer paso para cualquier defensor que se acerque a su tamaño.

Mejor o peor para el desarrollo colectivo del equipo, lo que va a permitir esto es ver a Wembanyama en cualquier situación imaginable. Esto, que es una demanda inabarcable para la mayoría, el chico lo está resolviendo con insultante suficiencia a pesar de cierta irregularidad típica de su edad. El análisis con él rara vez le descubre intentando demasiadas cosas que aún no domina, porque la realidad hasta ahora es que no hay nada que parezca incapaz de controlar. Un talento tan fascinante como este invita a seguir cada uno de sus pasos como evidentemente es el plan de nbamaniacs de aquí a que Victor Wembanyama se gradúe.

Sé que la cabecera de este artículo declara la intención de convertir este espacio en un seguimiento mensual. Pero los próximos días 4 y 6 de octubre el prodigio francés visitará tierras estadounidenses para disputar unos partidos de exhibición en Las Vegas donde se verá las caras con el G League Ignite y Scoot Henderson, el segundo favorito en las predicciones del draft 2023. Nos leemos pues la semana que viene.

(Fotografía de portada de Eurohoops.net)

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